En un trayecto desde Santiago hasta Pelluhue el Subaru Impreza New Generation reveló sus prestaciones y performance, tanto en ciudad como en carretera. El automóvil que nació en 1992 sufrió una completa renovación que, entre otros aspectos, afectó a su diseño y al motor.
La primera impresión, tanto en su versión hatchback como sedán, manifiesta la clara madurez a la que fue sometido y que refleja su diseño inspirado bajo la nueva filosofía denominada Dynamic x Solid. Principalmente, cuenta con una estética más deportiva y alargada, que se combina de buena manera con una nueva cara que se compone de una máscara rediseñada, sutiles detalles cromados, nuevos focos led y neblineros.
Las líneas que envuelven la silueta del nuevo Impreza son más acentuadas que su antecesor. También fueron retocados los focos traseros que ahora son más alargados, los espejos y las llantas. Mientras que el habitáculo se renovó por completo, llamando la atención principalmente tres pantallas, una ubicada en el panel de instrumentos que aporta información del vehículo; y las otras dos en la consola central, una para infoentretenmiento (de 6,5 u 8’’) y la segunda para navegación.
Performance mejorada
Ya en ruta, se siente que la respuesta del nuevo Subaru Impreza es mucho más ágil que en su versión actual y eso se logró mediante diferentes factores. Uno de ellos, probablemente el más importante, es que este es el primer modelo de la firma japonesa en contar con la plataforma modular SGP (Subaru Global Platform) que hace que la carrocería sea más liviana y rígida. Además, se integró una barra estabilizadora trasera, que reduce en un 50% el derrape del vehículo. También se sumó la reducción de 5 mm del centro de gravedad.
El equipo motor se compone de un nuevo motor Boxer de cuatro cilindros de 2 litros que como novedad incluye inyección directa de combustible. Así, el propulsor FB20 produce 156 caballos y 196 Nm de par máximo, que van asociados únicamente a una transmisión automática CVT de siete marchas con paddle shift. Todas las versiones incluyen el clásico sistema de tracción a las cuatro ruedas del fabricante nipón conocido como Symmetrical All-Wheel Drive.
Este conjunto funciona de buena manera tanto en la urbanidad como en carretera, reaccionando cuando es necesario y también manteniendo un óptimo ritmo en rutas más largas. En la primera toma de contacto con la nueva generación del Impreza, quedó la impresión de que resulta más estable la versión hatchback que el sedán. Aunque ambos otorgan un buen desempeño, sobre todo si se utiliza las paletas ubicadas detrás del volante, que entregan una sensación más pura de conducción.
Uno de los grandes puntos a destacar se encuentra en lo cómodo que resulta viajar en la quinta generación del vehículo de entrada a Subaru. Esto se debe a al cambio en las dimensiones con respecto a las del modelo actual, creciendo 25 mm más de distancia entre ejes, 38 mm más de ancho y 41 mm de largo total y reduciendo su altura en 15 mm. A ello se suma el aumento en la insonorización del habitáculo, convirtiéndose en uno de los modelos más destacados del mercado nacional en este ítem.
Así, el Subaru Impreza New Generation, realmente llegó a Chile para cautivar a un nuevo público, más joven y fresco, pero a la misma vez para mantener a los usuarios que ya poseen uno e invitarlos a descubrir las virtudes que entrega las nuevas cualidades del modelo más aplaudido de la casa japonesa.
