Alejandro Jeame, gerente técnico de Chrysler, entrega consejos para que el automóvil esté listo y en buen estado para ser el mejor compañero de viajes en vacaciones.
1.- Chequear la temperatura del motor: como en este periodo comienza los días de mucho calor, el motor de nuestro auto no tarda mucho en calentarse por lo que es primordial estar revisando el nivel del sistema refrigerante del radiador y que no existan fugas de agua.
2.- Revisar que los frenos estén en óptimas condiciones: para cualquier tipo de viaje o paseo se debe tener especial atención en el estado de los frenos, ya que las piezas se calientan al hacer fricción al frenar y eso sumado al calor del verano, puede hacer que estos se expongan a un sobrecalentamiento y fallen trayendo como consecuencia perdida del líquido de freno, entre otras.
3.- Los neumáticos bien inflados: este debiese ser un consejo que corre todo el año. Antes de viajar es recomendable que chequee el estado del neumático – su correcta presión de aire con la que ahorrará combustible y evitará que el calor en contacto con el asfalto traiga contratiempos en el viaje como un pinchazo, por ejemplo. También es importante revisar que el neumático de repuesto se encuentre bien inflado y a la presión adecuada (información que aparece en el manual del propietario o en sticker adherido al vehículo).
4.- Revisar el aire acondicionado: con las altas temperaturas y los viajes que muchas veces incluyen tráfico de horas, el aire acondicionado es un imprescindible, por lo que se debe chequear que esté en perfectas condiciones de funcionamiento. Si no se logra una temperatura interior adecuada es porque puede existir algún problema, por lo que hay que chequear con un especialista.
5.- Cargar el vehículo adecuadamente: para realizar este paso, se debe considerar que el peso aplicado modifica el centro de gravedad del auto, en consecuencia la conducción del mismo y, por ende, la seguridad. Para evitar que esto ocurra, lo recomendable es aplicar las cargas de mayor peso y volumen en las zonas más bajas de los compartimientos. Cuando es mucho el volumen, se debe evitar cargar zonas en las bandejas tras los asientos, pues los elementos allí ubicados pueden fácilmente ser proyectados hacia adelante al momento de una frenada de emergencia. De ser necesario, se podría ubicar maletas y contenedores cerrados en el asiento trasero, ayudándose con el cinturón de seguridad para sujetarlos.
Cuando el equipaje es mayor, existen otros dispositivos tales como parrillas y portaequipajes sobre el techo y carros de arrastre. El uso de dichos dispositivos obviamente va en directo detrimento del consumo de combustible, pues afectan la aerodinámica del vehículo. Además, es de vital importancia no olvidar que los automóviles tienen capacidades de carga limitadas, por lo que se debe tener conocimiento preciso de ello, información que se encuentra en el manual del propietario (lo mismo acontece para parrillas, portaequipajes y carros de arrastre).
A lo ya mencionado, se debe sumar que los menores sean trasladados en las sillas correspondientes y que todos los pasajeros utilicen el cinturón de seguridad.