No le va a ser tan fácil a Tesla seguir expandiendo su red de estaciones de carga rápida para su flota en Europa. El tema es que varios otros fabricantes de automóviles de ese continente, mucho más consolidados, se dieron cuenta de que la demanda por autos eléctricos se va a disparar... y quieren ganar su parte del negocio.
BMW, Volkswagen, Ford y el Grupo Daimler anunciaron la construcción de una red de carga rápida a escala continental. Gracias a esta red, que estará compuesta por unas 400 estaciones, permitirá a los propietarios de vehículos eléctricos recargar las baterías de sus autos en unos minutos, bastante más rápidamente que en un punto de carga convencional.
La estadounidense Tesla les lleva, sin embargo, varios años de ventaja, pues construye y mantiene unas 1.800 estaciones en varios países y sus sistemas de carga son los más rápidos de la industria, aunque no son compatibles con los autos fabricados por terceros.
Esa es la ventaja que ofrecería el consorcio de fabricantes europeos recién formado. Además, la agencia Reuters informó que otras marcas podrían sumarse y que varios proveedores de energía entren a formar parte de la red de estaciones de carga, aunque no entró en más detalles.
Cuestión de rapidez
En el negocio de las estaciones de carga, una de las claves es la velocidad con la que un auto puede ser abastecido. En Europa ya hay unos 72.000 puntos de recarga, pero la enorme mayoría son lentas. Según el sitio web Muy Computer Pro, apenas 5.800 pueden clasificarse como “rápidas” al superar los 43 kW por hora.
En cambio, la red de Tesla ofrece 120 kW/h, reduciendo muchísimo los tiempos de recarga.
Por eso es que BMW, Volkswagen, Ford y Daimler se apoyan en varias empresas expertas en tecnologías de carga, energía e ingeniería, como las alemanas Innogy, E.ON y Siemens, y la portuguesa Efacec. Estas cuatro son las encargadas de desarrollar la tecnología de recarga de la red, cuyos cargadores serán de espectaculares 250 kW/h.
Mientras, Tesla no parece amedrentada, pues hace unos meses anunció que empezaría a cobrar por las recargas (que hasta ahora eran gratuitas), aunque menos que lo que cuesta la gasolina.
