Esta pareja va en un "vehículo autónomo" o "automanejado".
El mundo de los automóviles está lleno de vocablos específicos que hay que ajustar al idioma en la medida de lo posible.
Si la Real Academia ya nos dice que no hay que escribir “LED”, sino “led” y que, consecuentemente, el plural es “ledes”, pues habrá que ir haciéndole caso. No es el único ejemplo: que no es “motor Diesel”, sino “motor diésel”; que los motores no desplazan “2.5 litros”, sino “2,5 litros” porque en español los decimales se separan con coma; que los sistemas de “infotainment” deben reemplazarse por los de “infoentretenimiento”... en fin.
El más reciente tema que hay que actualizar ligüísticamente es la denominación de los autos que se manejan a si mismos y que son una de las grandes líneas de desarrollo de esta industria.
Pues bien, resulta que la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y el BBVA, recomienda emplear el término “vehículo autónomo” para aludir a un automóvil que tiene la capacidad de conducirse o manejarse solo sin la intervención de una persona.
En los medios de comunicación se están empezando a extender diversas formas de llamar a estos vehículos: “Google recientemente anunció una prueba de carros que son auto manejados”, “El estado de California ha ordenado a la empresa Uber que no despliegue en las calles sus coches sin conductor” o “Mostró al mundo un pequeño y desenfadado prototipo de vehículo autónomo”.
Tal como explica el “Diccionario del estudiante,” de las Academias de la Lengua, “autónomo” es ’que tiene autonomía’, y esta última palabra a su vez se define como ’capacidad de actuar libremente, sin depender de nada o de nadie’, sentido que encaja con la idea de que el propio vehículo decide qué ha de hacer al circular.
También podrían emplearse “autoconducido” y “automanejado,” según el país, que están bien formadas con el prefijo “auto-,” cuyo significado, según el Diccionario académico, es ’por uno mismo’. Como ocurre con otras voces prefijadas, se escriben sin espacio ni guión.
Finalmente, otra posibilidad es “sin conductor”, que no sería lingüísticamente inapropiada, pero que presenta la desventaja de que ya se emplea en ocasiones con relación a vehículos que no tienen chofer y que tiene que conducir uno mismo (especialmente en el contexto del arriendo de vehículos comerciales).
De ese modo, los ejemplos anteriores pueden considerarse adecuados, aunque habría sido más aconsejable emplear “autónomo"; no obstante, de conservarse en el primer caso el término “automanejado" debería escribirse junto.