BERLÍN.- El gobierno alemán ratificó que no tiene en su agenda la prohibición de vehículos con motores de gasolina o diésel después de que Francia y el Reino Unido hayan anunciado que dejarán de vender esos autos en 2040 para luchar contra la contaminación.
El objetivo de Berlín es avanzar hacia una “movilidad sostenible baja en emisiones”, señaló en rueda de prensa la viceportavoz de la Cancillería, Ulrike Demmer, que recordó también que la legislatura se acerca a su fin en Alemania.
Los anuncios de París y Londres llegan tras el escándalo de la manipulación de las emisiones contaminantes de los motores diésel y las recientes acusaciones de que la poderosa industria del automóvil alemana formó un cartel durante años para pactar desde tecnologías a costes, algo que está siendo investigado por las autoridades europeas.
Demmer volvió a pedir a la industria “transparencia” ante esas acusaciones, pero recordó que el gobierno alemán está en contra de "demonizar” el diésel.
Para el portavoz del Ministerio de Transportes, Sebastian Hille, el debate sobre el fin de los motores de combustión “carece de imaginación”. Señalar a los autos eléctricos como la solución es olvidar, por ejemplo, que hay países donde buena parte de la electricidad procede del carbón o que el gas también podría ser una opción, señaló.
La ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, se entrevistará mañana en la sede de Volkswagen en Wolfsburgo con el presidente del grupo, Matthias Müller, y con el del comité de empresa, Bernd Osterloh, con quienes analizará los retos de un consorcio que se encuentra en el foco de muchas críticas desde el estallido del escándalo del diésel.
El próximo 2 de agosto se celebrará en Berlín lo que se ha denominado “la cumbre del diésel”, en la que participarán los ministros alemanes de Transportes, Medio Ambiente, Economía e Investigación, los primeros ministros de los estados federados con plantas automovilísticas y las principales empresas del motor.