SANTIAGO.- ¿A quién no le ha pasado que al comentar que le duele la cabeza alguien le ofrece “ácido acetilsalicílico” o “paracetamol”? Y es que una parte importante de los chilenos ingiere regularmente algún medicamento sin conocer los efectos que éste puede causar en algunas funciones, como la conducción, por ejemplo.
Es cierto que no todos los fármacos dejan consecuencias en el manejo, pero lo relevante es que siempre sea el medico el que indique qué tomar y que el paciente le pregunte cuánto impacto le puede causar para cumplir con ciertas ocupaciones.
Los efectos de los más comunes
- Antihistamínicos: En esta época es donde más se consumen, ya que comúnmente es recetado para el tratamiento de alergias. Cuentan con una amplia variedad, pero no todos causan los mismos efectos secundarios.
Según el Libro del Nuevo Conductor de CONASET, conducir bajo los efectos de este medicamento puede significar un riesgo similar al que si manejara con una tasa de alcohol en la sangre de 0,5 g/l a 0,8 g/l. Es decir, conducir bajo la influencia del alcohol.
Mientras que los antihistamínicos más actuales serían más seguros de consumir a la hora de ir detrás del volante, ya que habitualmente no provocan somnolencia como los que se usaban antiguamente.
Es fundamental aclarar que la combinación de antihistamínico con alcohol u otros fármacos podrían provocar efectos no deseados.
- Psicofármacos: Generalmente se utilizan para el tratamiento de enfermedades mentales, como depresión, trastornos del sueño y ansiedad. Es por ello que algunos podrían interferir en la capacidad para conducir de forma segura. Por ejemplo: los ansiolíticos, sedantes o hipnóticos bajan los estados de activación elevada e inducen al sueño.
Los neurolépticos o antipsicóticos pueden dar sueño e hipotensión. Mientras que los psicoestimulantes poseen un efecto activador sobre el sistema nervioso central y en funciones síquicas.