SANTIAGO.- Desde temprana edad la historia de Macarena Cabrillana se transformó en un verdadero ejemplo de lucha y esfuerzo. Tras quedar parapléjica a los 16 años se animó a tomar una raqueta y se convirtió en la mejor tenista paralímpica del país. Hoy, con 25 años, emprende un nuevo desafío con el que busca mayor libertad: aprender a manejar.
“Quiero aprender a conducir desde hace como dos años y he estado juntando mis lucas para comprarme un auto, así que estoy en ese proceso y me ha hecho muy bien”, comenta en conversación con Emol.
Para Macarena (@MacaCabrillana) conducir un vehículo por sus propios medios le dará mayor “libertad” e “independencia” para desenvolverse por Santiago. Por eso es que cree que “para nosotros el auto dejó de ser un lujo, es una necesidad”.
“Hay que atreverse a manejar mientras la discapacidad lo permita”.
Macarena Cabrillana
Pero para hacerlo primero debe aprobar el curso de conducción al que ingresó en Automóvil Club de Chile, lugar donde le enseñan con un auto completamente acondicionado para las personas con distintos grados de discapacidad.
¿Cuánto sale adaptar un auto?
Una vez aprobado el curso, la joven tendrá que remodelar su propio vehículo para salir a las calles. En ese sentido asegura que “hay varios mecánicos que acondicionan el auto y entre nosotros nos pasamos el dato”.
De hecho dice que “no es caro, puede salir desde los 300 mil pesos la más barata. En general no es tan caro porque no se interviene mucho el auto, sino que de los pedales se agrega una adaptación que va hacia las manos y no se hace nada más. Entonces no es tan complejo”, sostiene.
Otra de las opciones son centros especializados que realizan todo tipo de adaptaciones “no solo para manejar, sino también para subir una silla de ruedas, por ejemplo”.
Al momento de sacar la licencia, cuenta además, “algunas municipalidades te escriben en el documento la patente del auto. Pero eso depende del municipio, de la persona que hace la prueba, etc”.
Muy poca oferta de escuelas
Si por un lado las personas con discapacidad tienen el trabajo extra de acondicionar su vehículo, por el otro deben sortear la casi nula oferta de escuelas de conducir que prestan servicios personalizados.
Según Cabrillana, Automóvil Club de Chile es la única escuela que tiene una opción con un auto completamente remodelado con el que puede recibir a alumnos con distintos grados de discapacidad.
Se trata un Hyundai i10 al cual se le realizaron modificaciones como el control manual del acelerador y freno clásico bajo el volante; pedal izquierdo removible para cambio de lateralidad; un kit de extensión para pedales removible y una extensión de comando para intermitentes.
“Hay un gran interés de personas con discapacidad de tener una integración plena y esta es una manera de darle una mayor movilidad”, dijo Alberto Escobar gerente de Movilidad de la institución.
