Los británicos se aburrieron de los escándalos en la industria automotriz, especialmente con el llamado "dieselgate".
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LONDRES.- Las autoridades del Reino Unido anunciaron que estudian implementar estrictas leyes que contengan duras sanciones penales y millonarias multas a las empresas de la industria automotriz que incurran en actos dolosos para ocultar las emisiones de gases contaminantes de sus vehículos.
De esta manera, el país europeo deja en evidencia su malestar tras el estallido del llamado “dieselgate”, caso que se inició en 2015 cuando se denunció que Volkswagen había instalado ilegalmente en sus vehículos un software para modificar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en 11 millones de autos con motores diésel, los que fueron vendidos entre 2009 y ese año.
Ahora, la iniciativa anunciada por el Reino Unido incluso plantea la posibilidad que estas penas vayan más allá de las sanciones que actualmente rigen en el Viejo Continente.
La propuesta responde a la tendencia que muchas ciudades ya han comenzado seguir y que apuntan a promover un medio ambiente más descontaminado y amigable con el hombre. Por ejemplo, la ciudad universitaria de Oxford ya comunicó que los automóviles a diésel o bencina tienen sus días contados en la urbe, a la cual sólo podrán ingresar vehículos eléctricos o híbridos. La noma, comenzará a ser aplicada a partir de 2020.
Frente a las nuevas disposiciones que sancionarán prácticas como las cometidas por Volkswagen, el ministro de Transporte del Reino Unido, Jesse Norman, declaró que estas solo demuestran que “continuamos tomando las acciones inaceptables de Volkswagen con extrema seriedad, y estamos preparando nuevas estrategias para tomar medidas enérgicas contra las trampas de emisiones en el futuro".
"Aquellos que hacen trampa deben ser tenidos en cuenta en este país, legal y financieramente, por sus acciones", acotó el representante del gobierno británico.
Por ahora se ha informado que los proyectos de ley serán sometidos a un escrutinio público, oportunidad donde la industria automotriz y otras partes interesadas podrán también expresar su postura frente a esta nueva normativa.
Londres ya anunció que prohibirá la venta automóviles nuevos a diésel y gasolina a partir de 2040, siguiendo los planes de Francia y los alcaldes de París, Madrid, Ciudad de México y Atenas, que pretenden prohibir los vehículos diésel de sus centros urbanos en 2025.