SANTIAGO.- Hace un tiempo Bugatti sorprendió por sus pinzas de freno de titanio producidas mediante la impresión 3D en una tendencia a la que ahora se quiere sumar Porsche. El fabricante alemán planea rescatar sus modelos clásicos gracias a este innovador proceso para dar una mano a los amantes de los vehículos antiguos.
La moda por los autos clásicos ha aumentado de tal forma que ya son varias las marcas que cuentan con departamentos de restauración. Sin embargo el inconveniente aparece cuando las piezas y repuestos muchas veces no pueden ser conseguidas ni siquiera por los mismos fabricantes.
Por eso Porsche quiso ir un paso más allá y crear estas piezas extraviadas gracias a la tecnología de la impresión 3D.
Un caso concreto es lo que pasa con el Porsche 959, modelo que tuvo una producción limitada entre los años 1986 a 1988 y que por ende sus repuestos también son escasos.
Aquí entra a jugar la nueva tecnología que, según la empresa, entrega repuestos de alta calidad y que no deberían afectar el funcionamiento normal del vehículo
Este método también es usado en la actualidad por una empresa llamada Hackrod que tiene en mente revolucionar la forma tradicional de fabricar los prototipos de los vehículos incluyendo al usuario en el proceso.
Todo comienza con el diseño del vehículo, el que luego es revisado junto a la empresa gracias a la realidad virtual, eliminando la necesidad de usar modelos a escala de gran tamaño y que representan altos costos para las marcas. Una vez aprobado este paso, el vehículo puede ser impreso gracias a la tecnología 3D en aluminio.