SANTIAGO.- El motor diésel cumple 125 años de vida este 2018 y lo hace en medio de fuertes polémicas y cuestionamientos por los escándalos en los que se han visto empresas multinacionales como Volkswagen y las acusaciones de ser el causante de un daño irreparable al medio ambiente. Sin ir más lejos, Alemania estudia la posibilidad de prohibirlos en sus ciudades más contaminadas donde serían reemplazados por motores híbridos o 100% eléctricos.
Rudolf Diesel contaba con 34 años cuando un 23 de febrero de 1893 obtuvo la patente de su "económica máquina térmica". Se le adjudicó el número 67207 convirtiéndose en el principio de una larga carrera.
Durante décadas, el invento ha sido considerado como un ejemplo del buen hacer alemán en el campo de la ingeniería, pero hoy en día la imagen idílica de la tecnología diésel se encuentra muy cuestionada. Nunca antes su futuro había pendido tanto de un hilo, ni su fama había contado con tan poco brillo.
No es menor que organizaciones ambientalistas de Alemania utilicen a menudo el adjetivo "sucio" cuando se refieren al motor diésel, recalcando que los automóviles diésel más antiguos contaminan el aire de las ciudades con sus altas emisiones de gases.
En Alemania también tiembla
Es así que la industria automovilística alemana al completo, considerada la joya de la corona de la economía del país, se ha visto arrastrada por la crisis de confianza que afecta al diésel. En Alemania, donde los vehículos diésel siguen siendo aún la mayoría de los que circulan por las carreteras, cada año se reduce el número de inscripciones de este tipo de automóviles.
Las organizaciones de protección del medio ambiente reclaman incluso elevar los impuestos para este tipo de motor para promover que el consumidor se decante por vehículos ecológicos como los eléctricos.
De hecho, el Tribunal Administrativo de Alemania debe adoptar una decisión sobre la circulación de estos vehículos en ciudades con altos niveles de contaminación. Los máximos jueces podrían allanar en segunda y última instancia el camino para la prohibición del uso de estos vehículos en urbes en las que desde hace años se superan los niveles máximos de óxido de nitrógeno.
De acuerdo con las cifras de la Oficina Federal de Medio Ambiente de Alemania, en casi 70 ciudades del país se registran niveles superiores a los permitidos. La lista la encabezan Múnich, Stuttgart y Colonia. A raíz de estos datos es que la asociación alemana de medio ambiente Deutsche Umwelthilfe (DUH) presentó una demanda contra los municipios para obligarlos a incluir la prohibición de circulación en el catálogo de medidas destinadas a contrarrestar las elevadas emisiones de óxido de nitrógeno y ganó los juicios de primera instancia.
Los jueces de Leipzig revisarán ahora los planes de Düsseldorf y de Stuttgart para reducir las emisiones y darán su veredicto sobre si es lícito prohibir la circulación de vehículos de motores diésel de mayor antigüedad como una opción eficaz que debe ser contemplada en los planes de depuración del aire.
De la época dorada a los cuestionamientos
La idea de Diesel fue comprimir el aire en el cilindro a una elevada presión para generar altas temperaturas de hasta 900 grados celsius y provocar que el combustible se encienda de manera espontánea sin necesidad de una chispa.
Este modo de trabajar de estos motores se convirtió rápidamente en la más efectiva que cualquier otro sistema de propulsión y elevó la eficiencia a la hora de utilizar la energía en un 26 por ciento. Los motores diésel actuales alcanzan una eficiencia de un 50 por ciento.
Por eso no es extraño que para el comercio internacional los motores diésel siguen siendo un elemento básico, sobre todo, en el transporte naval.
Sin embargo en el ámbito automotor atraviesa ahora un momento de mala fama tras el escándalo de la manipulación de las emisiones de los motores diésel de la automotriz alemana Volkswagen, destapado en 2015, y que afectó a 11 millones de automóviles en el mundo.
Además, en enero se destapó que Volkswagen y los también fabricantes alemanes Daimler y BMW participaron en experimentos con monos y con seres humanos, haciéndoles inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) en diferentes concentraciones.
La reacción al invento de Diesel fue enorme. En la exposición mundial de París en 1900, el motor fue galardonado con el Gran Premio. Empresas extranjeras cerraron contratos de licencia para poder contar con el motor de Diesel. ¿Y ahora? A 125 años después de haber obtenido la ansiada patente, el futuro del motor diésel parece tener los días contados, al menos en las carreteras.