Las competencias de Fórmula 1 han hecho que las grandes marcas productoras de neumáticos desarrollen modernas tecnologías para conseguir que los monoplazas respondan satisfactoriamente a las exigencias de las pistas sin importar, por ejemplo, las condiciones climáticas. De ahí que gracias a estos eventos las empresas de neumáticos han desarrollado mejores productos para los vehículos de calles con ruedas que ofrecen más durabilidad, seguridad y rendimiento en distintos escenarios.
El mejor ejemplo de esto son los neumáticos para suelos mojados que se pensaron para las carreras por su capacidad de evacuación del líquido y adherencia, pero que al poco tiempo fueron usados en los vehículos de producción aumentando considerablemente su seguridad y respuesta en ese tipo de suelo.
Un estudio dado a conocer a fines del año pasado por Michelin reveló que en la actualidad un neumático desgastado, dentro de los parámetros que establece la compañía, ofrece iguales prestaciones que uno nuevo en distintas condiciones de frenado.
Corría la década del 50 cuando los participantes del campeonato de la Fórmula 1 se dieron cuenta que los llamados discos de freno eran una mejor opción que los hasta ese entonces populares frenos de tambor.
Su potencia y capacidad para enfriarse durante una carrera terminaron por convencer a los ingenieros automotrices que con el tiempo utilizaron otros elementos para su construcción como cerámica o carbono dando origen a los frenos carbocerámicos que hoy es posible encontrarlos en “superdeportivos” homologados para circular en carretera. Los autos convencionales siguen usando los discos de acero dado que son una muy buena alternativa para las exigencias normales.
En tanto, los llamados frenos regenerativos nacieron durante la última década y consiste en un sistema que permite aprovechar la energía cinética de las frenadas para convertirla en energía eléctrica que es almacenada en una batería para luego ser ocupada por el vehículo. El primero en ocupar un auto con este sistema fue el piloto de carreras Lewis Hamilton en Hungría en 2009, oportunidad donde resultó ganador. Toyota fue una de las primeras marcas en ocupar este sistema de frenado regenerativo, también llamado Kers, en sus vehículos híbridos.
Cualquier sistema de cambios que utilice su vehículo (automático, semi-automático o manual) proviene de la Fórmula 1, ya que precisamente fueron pensadas para mejorar la aceleración, respuesta y velocidad de los monoplazas que corren en esta categoría. De hecho, estos avances han permitido que personas con déficit de movilidad puedan conducir sin problemas sus vehículos que ahora no requieren de embrague y tienen, por ejemplo, la palanca de cambios en el volante, tal como ocurre con los autos de competición.
¿Hay algo más cuadrado y menos aerodinámico que un legendario Ford T? Gracias a las carreras de autos es que hoy tenemos vehículos muchos más estilizados y aerodinámicos, ya que fue precisamente en estas competiciones donde se comenzó a investigar y aplicar los conocimientos de aerodinámica para reducir la resistencia del aire y hacer que estos deportivos fueran mucho más rápidos y mejores. Con el tiempo, todo lo aprendido comenzó a aplicarse en los autos de producción masiva que también demandaban mayor velocidad y mejor performance. Con los años esta búsqueda también influyó en un cambio en los materiales de construcción para hacerlos más livianos.
Los sistemas de suspensión también se han desarrollado gracias a la F-1. Los ingenieros de los monoplazas necesitaban generar este tipo de componentes más pequeños y con altas prestaciones debido al poco espacio que entregan los autos de carrera. Con el tiempo los fabricantes se dieron cuenta que estos componentes eran además una excelente y práctica alternativa para sus vehículos de calle, especialmente para los vehículos de alta gama o deportivos. En la actualidad no es extraño encontrarse con autos con suspensión adaptativa a las circunstancias de conducción y terreno.
Otro aporte de la tecnología desarrollada para la F-1 que ha llevado a los vehículos de calle a otro nivel de prestaciones y confort son los sistemas electrónicos de adquisición de datos, sensores y unidad de control electrónico o ECU (del inglés electronic control unit). Estos elementos han permitido tener en la actualidad autos más seguros y con mayor número de prestaciones y niveles de control.
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