SANTIAGO.- Encontrar en la actualidad un auto modificado circulando por las calles del país es mucho más sencillo que hace algunos años cuando esta tendencia no era tan popular. Hoy son varios los conductores que se animan a "tunear" sus vehículos ante la gran oferta de accesorios y variados precios que existen en el mercado tuerca. Pero ¿cuánto gasta en promedio un fanático de los motores en transformar su automóvil?
Enrique Lara es un arquitecto de 41 años que hace ocho compró un Hyundai Getz, su primer vehículo con el que nació su pasión por el tuning. “Mi auto no es de alta gama ni vistoso, pero sí le he hecho de todo”, cuenta a Emol.
Cuatro años después de adquirir el vehículo, Enrique comenzó a modificarlo a su gusto. Lo primero que hizo fue instalarle un sunroof eléctrico. “Eso me costó alrededor de 350 mil pesos”, recordó el arquitecto.
Después siguió con el sistema audio. “Le cambié la radio, los parlantes, le puse amplificadores, mejoré la salida del alternador para no tener problemas eléctricos, además tuve que cablear el auto entero”, relató.
Solo en la radio Enrique gastó 300 mil pesos, “y eso que la fui a comprar a Iquique para que me saliera más barato”, dice el fanático tuerca. “Los parlantes me salieron otros cientos de lucas, y así fui sumando mientras poco a poco iba arreglando el auto”, añadió.
Pero lejos de detenerse ahí, también modificó los focos y le instaló “calugas de cristal, argollas, cambié los neblineros y le puse faros ángeles. Con todos los arreglos cada foco me costó 150 mil pesos”. Y como si fuera poco, “en las puras ruedas tengo 500 mil pesos y las he cambiado dos veces”, reveló.
“Llevo cuatro años tuneando el auto y he gastado fácilmente más dos millones de pesos en todas las modificaciones”, confirma.
Y lejos de la creencia popular, el profesional aclara que “no tuve ninguna influencia de Rápido y Furioso, de hecho ni me gusta la película. Mi objetivo era hacer de este vehículo un ejemplar único y lo logré, no hay otro auto igual a este en Chile”.
Pese a lo costoso que pueda parecer existen otros aficionados a esta tendencia que superan por lejos a Enrique, invirtiendo mucho más dinero en sus vehículos.
Sin planes de venderlo pese a la restricción
Como el auto de Enrique es anterior al 2011, estará sujeto a la restricción vehicular que comienza a regir el 2 de mayo próximo y que afecta a todos los catalíticos inscritos antes de septiembre de ese año.
Sin embargo el aficionado a los motores confirma que “no he pensando en ningún momento cambiarlo, eso no está en mis planes. De hecho me voy a comprar otro auto y también me quedaré con el Getz. Es mi juguete, no me quiero deshacer de él”.
Esta "cultura urbana" ha tomado fuerza durante los últimos años y hoy son varios los grupos de aficionados que dedican gran parte de su tiempo y dinero a esta pasión. De hecho hay empresas dedicadas exclusivamente a modificar los vehículos a gusto de los conductores.
En otros países, como en Estados Unidos, el tuning también representa un mercado exitoso que mueve a multitudes. Incluso Netflix estrenó no hace mucho una serie que precisamente lleva a la pantalla chica el devenir de quienes gusta modificar autos de linea para hacerlos competir con vehículos deportivos de alta gama.
El programa se llama Fastest Car y está en formato de docu-reality.
