SANTIAGO.- El embarazo en ningún caso es un impedimento para que la mujer pueda conducir su vehículo, siempre que no exista una orden médica que indique lo contrario. No obstante, es recomendable que antes de hacerlo tome ciertas precauciones para que ella y su bebé estén lo más seguro posible durante el trayecto que se debe cubrir.
Como norma general, la mujer puede conducir sin mayores dificultades hasta el tercer trimestre de gravidez, periodo en el cual también debe cumplir con una serie de recomendaciones para evitar problemas y dificultades en caso de accidente.
Antes de iniciar la marcha la futura mamá debe procurar que el cinturón de seguridad esté en buen estado y bien puesto. Resulta casi redundante hacer esta recomendación pero para los expertos el cinturón de seguridad sigue siendo el principal mecanismo para proteger la vida de la conductora y sus acompañantes. En caso de accidente este elemento evita que la piloto se golpee contra el volante, impacto que puede provocar desprendimiento de placenta, contracciones anticipadas e incluso la pérdida del feto en gestación.
Pese a lo que muchos creen el airbag no es un elemento peligroso para la mujer y su futuro hijo, siempre y cuando exista una separación razonable entre la persona y la ubicación del dispositivo. Especialistas indican que esta brecha debe ser de al menos 25 centímetros de distancia. Esta recomendación también se aplica para las mujeres embarazadas que viajan de copiloto.
¿Cómo colocarse el cinturón?
Otro factor que la mujer embarazada debe saber es que dada su condición el cinturón de seguridad debe ser puesto cumpliendo ciertas recomendaciones que son fundamentales para evitar lesiones en caso de un choque.
Expertos en seguridad explican que la banda horizontal o correa pélvica nunca debe ser posicionada sobre el vientre, ya que en caso de choque puede generar una presión tal que dañe al feto en gestación.
Añaden que la banda pélvica debe ir a la altura de la ingle, por debajo del abdomen de la mujer, mientras que la correa horizontal debe ir desde el hombro izquierdo y pasar entre los pechos para llegar a su punto de anclaje.
Estudios realizados indican que el correcto uso de este elemento de seguridad reduce hasta en más de un 50% los posibles daños que podría sufrir un feto en gestación en caso de choque. Además el no usarlo arriesga a la persona a salir disparada del vehículo en caso de un accidente de alto impacto.
Síntomas y malestares
Si el embarazo está en los primeros meses la mujer conductora debe también tener en consideración que puede sufrir nauseas, mareos y cansancio, síntomas que pueden afectar su concentración y normal desempeño al volante. De ahí que los expertos recomiendan que, en caso de sentir estas señales, evite iniciar inmediatamente la marcha y en lo posible deje su vehículo en casa y use otro medio de transporte.
De igual manera no es recomendable que la mujer embrazada conduzca cuando es propensa a sufrir contracciones, vértigo o riesgo de parto prematuro. En caso de sufrir uno de estos episodios durante la marcha, lo ideal es que estacione el vehículo para requerir asistencia. De no hacerlo corre el riesgo de sufrir un desmayo con las graves consecuencias que eso puede generar.
En general es aconsejable que una mujer embarazada evite pasar mucho tiempo frente al volante. En caso de tener que cubrir un trayecto más bien extenso lo ideal es que no conduzca más allá de tres horas y de hacerlo debe detenerse cada una hora para caminar y permitir un normal flujo sanguíneo. Además es aconsejable que se hidrate y pueda orinar.
También se recomienda que la espalda de la conductora vaya lo más recta posible y evite a toda costa realizar maniobras bruscas durante la conducción como giros, partidas y frenadas. Lo más seguro es que mantenga una distancia prudente con el vehículo que va delante para así poder realizar cualquier acción con tiempo y espacio.
