SANTIAGO.- Su apariencia es tosca pero no fue pensado para ganar un concurso de diseño, sino que para llegar a las zonas más inhóspitas del Ártico en misiones de exploración. Nos referimos Burlak, un vehículo ruso todoterreno que asombra por sus increíbles prestaciones, incluso sobre el agua y en medio de hielo flotante.
Y si bien en un comienzo este “monstruo” fue pensado para exploraciones científicas, lo cierto es que ha sido tal su éxito que la empresa fabricante, Todoterrenos Makárov, ya anunció que el vehículo entrará en línea de producción para civiles y empresas privadas que deseen tener esta impresionante máquina.
Según explicó el máximo responsable del proyecto, Alexéi Makárov, la versión civil del Burlak vendrá en tres versiones dependiendo de las necesidades del comprador. La primera y más cercana al prototipo original es para facilitar las expediciones por terrenos agrestes; la segunda versión fue pensada para trasladar cargas en zonas complejas; mientras que el tercer diseño responderá más bien al uso industrial.
El responsable de la iniciativa agregó que por el momento la empresa tiene capacidad para construir uno al mes, y dependiendo del nivel de demanda esta capacidad podría ser ampliada.
“El vehículo puede usarse en la industria de hidrocarburos, para expediciones científicas, como parte del programa estatal para explorar el Ártico o como vehículo cotidiano para la zona”, aseguró Makárov a los medios rusos.
"Los Burlak tienen demanda, así que actualmente nuestra prioridad es perfeccionar todos los procesos de la producción en serie", afirmó el constructor y jefe de la empresa que lleva su nombre.
El prototipo original del Burlak, según describe el sitio Sputnik, se inspiró claramente en el vehículo blindado anfibio soviético BTR-60. La primera unidad se probó exitósamente en 2016. Un año más tarde, la segunda unidad se utilizó para una extensa expedición por el Extremo Norte ruso cosechando solo buenos comentarios. También en 2017 la versión de carga del aparato participó en los ensayos de los vehículos todoterrenos para la petrolera rusa Rosneft.
A pesar de las considerables capacidades como todoterreno, el Burlak se destaca por sus neumáticos grandes de presión reducida: eso hace que no dañe demasiado la superficie y sea apto para viajar por regiones ecológicas protegidas.
