1930 fue un año complejo para la industria automotriz de EE.UU. ante la gran depresión del 29. De ahí que el auto que marcó el primer Mundial de Fútbol es para muchos el Peugeot 201, con el que la firma inicia la histórica saga de los 200 que llega hasta nuestra época con el 208. Su principal atributo era su fiabilidad por lo que fue éxito en ventas. Tal como lo recuerda autocasion.com, responsables de esta nómina, el 201 se presentó en 1929 y su comercialización empezó en 1930 cuando los locales se quedaron con la Copa del Mundo.
Mientras el mundo del balón pie disfrutaba de la segunda edición del Mundial, Mercedes Benz hacía noticia presentando su primera “flecha plateada”, se trataba del W25. Gracias a este impresionante modelo de carrera, todos los demás autos de competición llevaron el nombre de “flecha plateada”.
Cuando se dio el pitazo inicial del Mundial de Francia el auto más popular en Europa era el deportivo BMW 328 que fue producido entre 1936 y 1940. Diseñado por Fritz Fiedler, este vehículo era considerado uno de los más avanzados de su época al tener, por ejemplo, un bastidor tubular y un motor con cámaras de combustión hemisféricas. La copa del mundo, en tanto, fue ganada por Italia.
El mundo se recuperaba lentamente de la Segunda Guerra Mundial y la industria automotriz europea estaba casi en la ruina. De ahí que fue la oportunidad para que un estadounidense se hiciera popular. La oportunidad no podía ser mejor para el ahora mítico Chevrolet Bel-Air, un auto grande que fue objeto de deseo de muchos, incluso de la escuadra uruguaya que se quedó con la Copa.
Durante este Mundial de Fútbol disputado en Suiza el vehículo de moda era el Panhard Dyna Z, perteneciente a una firma francesa que con el pasar de los años se fusionaría con Citroën. Era considerado como un vehículo ejemplo de innovación. Contaba ya con una carrocería completamente fabricada en aluminio entre otros detalles y estándares que incluso se respetan hasta el día de hoy.
Muchos definen el Renault Dauphine como un auto temperamental debido a su motor que estaba ubicado en la parte trasera del auto. En países como España se le conoció como el “auto de las viudas” debido a que corría más que el resto de los modelos en circulación. Pese a ello fue extremadamente popular en el Viejo Continente que en 1958 bailó por primera vez al ritmo de la samba.
No es por chovinismo pero si el Mundial de 1962 fue un hito histórico para el deporte nacional, en materia automotriz es quizá también la época donde nace la máxima leyenda del mundo motor, ya que mientras la atención de los chilenos giraba en torno al balón, en Italia nacía el auto que hoy en día es el más caro alguna vez vendido. Hablamos del Ferrari 250 GTO de 302 CV y que alcanzaba casi los 300 km/h. Este año uno de sus modelos fue vendido en 70 millones de dólares. Brasil se quedó con la Copa.
Este año el vehículo más popular fue el Oldsmobile Toronado fabricado por General Motors hasta 1992. Fue diseñado para competir con el Ford Thunderbird y el propio Buick Riviera de GM. Con su nueva versión transaxle de la transmisión turbohidramática de GM, el Toronado es históricamente el primer automóvil de tracción delantera desde la desaparición del Cord en 1937. La Copa del Mundo, en tanto, se quedó en Londrés.
Este año el auto que se robó todas las miradas fue el Citroën SM, un vehículo con tracción delantera que aparecía como el más potente y rápido de todo el mundo. A juicio de los especialistas este coche estaba 15 años por delante de la competencia en materia de tecnología. Fue inmortalizado por Burt Reynolds en la película The Last Yard. Muchos de los personajes más famosos de la época se hicieron con un ejemplar de esta maravilla, entre ellos el astro del fútbol Johan Cruyff. Brasil regresó la Copa del Mundo a Sudamérica.
El Mundial fue ganado por los locales (Alemania Federal) quienes además tenían en esos años el vehículo más deseado del momento, el Mercedes W116 con motor 6.9. Hablamos de la primera generación del Mercedes Benz Clase S. Este auto se presentó un año antes, pero en 1974 fue elegido como uno de los mejores coches del mundo y precursor de una saga que llega hasta nuestros días.
Si bien el 911 era el auto tradicional de la marca alemana, en 1977 la automotriz germana presentó el Porsche 928 que ya durante el Mundial de Fútbol de Argentina era el vehículo más deseado en el mundo. El 928 tenía un moderno motor V8 con los cilindros formando una V muy abierta para bajar el centro de gravedad. Con capacidad para 4 personas este deportivo ofrecía excelentes prestaciones y mucha comodidad.
Durante 1982 el auto más deseado por los fanáticos del mundo motor era el Audi 100 (C3), considerado por esos años como el cuopé más aerodinámico del mundo con motor delantero longitudinal y tracción delantera. El modelo en sus variantes deportivas y de lujo se comercializó como Audi 200. En el campo de juego, Italia volvió a la cúspide del fútbol mundial al ganar la copa a la Alemania Federal.
Mientras México trabajaba a todo vapor para realizar el Mundial de Fútbol tras sufrir un potente terremoto, en la arena automotriz la alemana BMW volvía a tener el auto más codiciado de todo el orbe. Se trataba del BMW M3. El primer modelo de altas prestaciones de la serie 3 del fabricante germano. Al poco tiempo se transformó en el deportivo más deseado y con más premios en el universo de las competencias tuercas. La Copa del Mundo se quedó en Sudamérica y Maradona se convirtió en leyenda.
Para esa época Bugatti preparaba su retorno a la fabricación de automóviles después de 40 años de silencio, la que se concretaría un año después (1991). No obstante, para cuando se desarrollaba el Mundial de Italia los amantes del mundo motor ya tenían sus ojos puestos en el EB 110 que finalmente fue presentado el 91 cuando la Copa del Mundo ya estaba en la estantería de la poderosa Alemania.
Ese año nuevamente Brasil se quedó con la Copa del Mundo mientras la amantes de las tuercas deseaban tener en su poder el Mercedes 190, auto que da inicio a la nueva Clase C.
Mientras los Franceses organizaban la Copa del Mundo y Chile después de años volvía a la cita planetaria, Alfa Romeo lanzaba el 156, un auto que se robó las miradas desde el comienzo gracias a su afinada línea diseñada por Pininfarina. Fue el auto que regresó a la marca al grupo de los premium.
Italia y Francia disputaron la final de la Copa del Mundo quedando esta finalmente en el país con forma de bota. Mientras eso ocurría la japonesa Nissan irrumpía con fuerza en el mundo automotriz con su modelo Qashqai, primera SUV en aparecer en esta lista mundialera.
Mientras Brasil hacía nuevamente de las suyas en la Copa del Mundo disputada en Asia, relegando a Alemania a la “medalla de plata”, la segunda generación del Renault Mégane se robó todas las miradas con sus llamativas líneas. Pese a su extraña forma este auto se convirtió en éxito de ventas en el mercado europeo.
Ese año la poderosa selección Española se coronó campeona del mundo y “la Roja” chilena tuvo una destaca participación quedando eliminada por Brasil. Fue el año además donde los fanáticos de los autos deportivos lloraron la desaparición del Dodge Viper, un modelo que actualmente amenaza con regresar a la línea de producción para la felicidad de muchos.
Finalizado el Mundial de Brasil, Alemania se queda con la corona y en materia automotriz la japonesa Mitsubishi rompe todos los esquemas con su modelo Outlander PHEV el que fue superventas en varios mercados automotrices, especialmente el europeo. Este vehículo además de ser confortable y con gran espacio, ofrecía una enorme versatilidad y una relación precio calidad muy conveniente. Además fue calificado como uno de los híbridos enchufables con más éxito en el mundo.
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