SANTIAGO.- Desde que estalló el Dieselgate Volkswagen debió comprometerse a recomprar cientos de miles de vehículos involucrados en el fraude de emisiones en Estados Unidos de los cuales la mayoría fue a parar a verdaderos “cementerios de autos”. Hoy la historia se repite en cierta parte en Alemania porque la marca ha debido arrendar miles de estacionamientos para guardar sus coches que no ha podido vender debido a las nuevas normas europeas.
La nueva normativa de emisiones en Europa entra en vigor el 1 de septiembre y a la fecha Volkswagen aún no ha adaptado todos sus vehículos para cumplirla a cabalidad por lo que sus autos no pueden ser entregados a los clientes y se genera una sobreoferta.
El Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros (WLTP por sus siglas en inglés) realiza pruebas en conducción real a diferencias de los ensayos que se hacían en los laboratorios donde generalmente los vehículos arrojaban menos emisiones de dióxido de carbono.
Es por esto que empresas como Volkswagen deben adaptar algunos de sus modelos para cumplir la norma y de hecho, según publica Autocasion, la marca alemana tuvo que cerrar dos plantas en Wolfsburgo y Zwickau algunos días a la semana para reducir la producción de vehículos y no generar sobreoferta.
La realidad de los cementerios de autos en EE.UU.
A principios de año se informaba que los depósitos de autos en Estados Unidos, donde Volkswagen tuvo que recomprar los autos adulterados, tenían entre sus filas unos 355 mil vehículos aparcados. Para el 2019 se estima que esa cifra alcance el millón de autos.
En estos almacenes no solo se encuentra modelos provenientes de la firma de Wolfsburgo, sino que también de otras que pertenecen al Grupo Volkswagen y donde predominan los modelos Audi.