Joven brasileño transformó su Fiat Uno en un “Lamborghini”
Con tan solo 28 años Edimar Goulart dijo sentirse "feliz y realizado" al terminar su "obra de arte" que llamó “Lamborguno”.
28 de Julio de 2018 | 09:04 | Por Carlos Valdés
SANTIAGO.- Para muchos tener el auto de sus sueños no pasa más allá de ser una aspiración imposible de cumplir debido a los prohibitivos precios que tienen algunos de ellos. Pues bien, eso no fue impedimento para que un joven mecánico brasileño hiciera lo imposible para tener en su cochera un Lamborghini o más bien un “LamborgUno”, ya que desde 2016 se dio el trabajo de transformar su humilde Fiat Uno Fire 1.0 de 2002 en un “superdeportivo” similar a los del “toro italiano”.
De un Fiat a un Lamborghini definitivamente hay un mar de diferencias, pero eso no amilanó a Edimar Goulart, quien trabajó por cerca de dos años para terminar su nuevo deportivo, tras lo cual dijo estar “feliz y realizado”.
Originario de la ciudad de Rondonópolis, en el mato groso de Brasil, este inquieto creador es mecánico y pintor. De ahí que decidió hacer personalmente la transformación para bajar los gastos que implicaba el proyecto.
"Gracias a Dios, ahora está teniendo buena repercusión. Hasta ahora, sólo había sufrido humillación", dijo a la prensa local el mecánico que actualmente está desempleado y sobrevive gracias a trabajos esporádicos como albañil.
Si bien reconoce que en un principio quería mantener su Fiat tal cual lo había comprado, ya que era su primer auto, a poco andar le surgió la inquietud de transformarlo en un “superdeportivo”.
Lo primero que pensó era convertirlo en un Lamborghini Tutaurus que es un antiguo auto conceptual de la firma italiana, hoy en manos del conglomerado de Volkswagen, pero dijo que le fue imposible ya que no encontró muchas imágenes en la web que le sirvieran de referencia.
Fue ahí cuando decidió en transformarlo en el Aventador, modelo del que se considera un verdadero "fanático".
Tras definir el boceto y el plan de transformación, lo primero que hizo fue cortar el pilar A y bajar el techo. De ahí fueron muchas las noches que pasó entre aluminio, espuma de poliestireno y cerca de 500 kg de masa acrílica. En la labor fue ayudado por varios de sus amigos, uno de los cuales le regaló un Aventador a escala para que pudiera guiarse en el trabajo.
Además de cambiar los neumáticos por unos de mayor dimensión consideró que la motorización del Fiat Uno debía permanecer ya que modificarlo era invertir dinero que no tenía.
“No quiero un motor que gaste mucho, así que me quedé con este y voy despacio”, dijo el ingenioso mecánico que vive en el barrio Ciudad de Dios 1, donde ya es toda una personalidad.
Por ahora, indicó a la prensa, trabaja para legalizar las modificaciones que le hizo a su Fiat, además de impermeabilizarlo para que no se dañe con la lluvia, además de terminar ciertos detalles como cambiar sus asientos por butacas deportivas.