SANTIAGO.- Interés generó esta semana la noticia que daba cuenta de una joven de Estados Unidos que encontró dos valiosos superdeportivos abandonados por más de 20 años en la cochera de sus abuelos. Si bien fue un descubrimiento llamativo, lo cierto es que en la última década se han registrado hallazgos de autos clásicos o extremadamente extraños que han significado millones de dólares para los involucrados.
Quizá el más recordado del último tiempo se dio en Francia en 2014 cuando se encontró una de las mayores colecciones de autos antiguos en Europa compuesta por más de un centenar de vehículos clásicos, donde el más viejo era un Renault de cuatro cilindros de 1912.
Del total de vehículos hallados, alrededor de 60 pudieron ser rescatados y entre ellos el más valioso fue un extraño Ferrari 250 GT SWB California Spyder de 1961 que en 2015 fue subastado en 16.3 millones de euros, convirtiéndose en uno de los coches más caros alguna vez vendidos.
La colección de coches pertenecía al otrora magnate del transporte Roger Baillon quien comenzó a juntar estos autos a inicios de la década del 50 reuniendo automóviles de los primeros años del siglo XX hasta de la década de los setenta.
La Colección Baillon, como se le conoce, fue catalogada como única por la diversidad y la exquisitez de las piezas, algunas de ellas hitos del diseño automovilístico. De hecho, el especialista en automóviles Matthieu Lamoure, quien inspeccionó por primera vez los vehículos, comparó el hallazgo con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón.
Otros vehículos que llamaron la atención por ser muy extraños y difíciles de encontrar fueron un Talbot Lago T26 cabriolet Saoutchik que perteneció al Rey Farouk I de Egipto y un Maserati A6G Gran Sports de 1956 del cuál solo se fabricaron tres unidades.
Este año en Bélgica
Un caso parecido pero a muy menor escala se conoció en abril de este año en Bélgica donde al interior de un galpón abandonado se encontraron verdaderas reliquias de la historia del automóvil que se creían desaparecidas o simplemente destruidas.
El "tesoro" fue hallado en la pequeña ciudad de Gante y pertenecía a un coleccionista y restaurador, recientemente fallecido, de apellido Schepens.
El descubrimiento fue confirmado por especialistas de la casa de subastas Bonhams, quienes informaron que entre las unidades encontradas destacaban un Ferrari 308 GT4, un Chevrolet Corvette de primera generación, un Jaguar E-Type de primera serie y algunos ejemplares de Citroën y Volkswagen. No obstante, el que más concitó la atención de los expertos fue un raro cupé de Jaguar identificado como XK140 y cuya carrocería estaba firmada por el carrocero italiano Michelotti quien la reconstruyó tras un grave accidente. Según se indicó solo se construyeron dos o tres unidades de este auto.
El tesoro de un castillo en Suiza
Otro caso que concitó la atención de los medios de prensa especializados en el mundo motor se dio abril de 2017 cuando fue hallada en las bóvedas de un castillo en Suiza 12 impresionantes vehículos clásicos, que a diferencia de los otros relatos, estaban en excelentes condiciones a pesar que fueron fabricados entre la década del veinte y del ochenta.
Entre los autos descubiertos destacaba un Mercedes 300 SL Roadster de 1958 considerado como uno de los modelos más deseados por los coleccionistas y uno de los deportivos más influyentes de la época de posguerra.
Otro clásico hallando en este castillo fue un Rolls-Royce Silver Ghost Double Phaëton de 1921, el que llegó a ser calificado como “el mejor auto del mundo” ya que según los especialistas es una verdadera obra de arte de la ingeniería británica digna de cualquier colección de autos clásicos.
La colección se completa con tres Maserati (Ghibli SS, Indy América y el Quattroporte de 1967). A ellos se suman un Aston Martin V8 Volante de 1980, un Mercedes 500 SLC Coupé de 1981, un Ford Mustang de 1973, además de un Jaguar E-Type 4.2 de 1970 y otro Series 2 V12 de 1972.
Autos cero kilómetro
Otro hallazgo menos espectacular pero si muy particular ocurrió a inicio de 2017 en Dinamarca cuando Kjeld Sorense heredó unas bodegas de su padre quién era concesionario de FIAT en la ciudad de Kolding.
Al revisar los edificios descubrió que en uno de ellos se guardaban 200 autos fabricados en 1981. Lo más llamativo de todo es que todas las unidades estaban en cero kilómetros ya que nunca habían sido vendidos.
Entre los coches habían modelos de Renault, Autobianchi, MINI, DKW, Peugeot y Lancia, además de muchos Seat 600, una gran variedad de autos y camiones Fiat. También se hallaron motos y repuestos originales.
A diferencia de los otros casos estos autos fueron vendidos a muy bajo precio ya que la mayoría de los modelos no habían sido matriculados y la legislación danesa es estricta para homologar su circulación, específicamente por razones de emisiones contaminantes. Los vehículos más deteriorados costaron unos 250 euros mientras que por la pieza automovilística más preciada, un Lancia Beta, se cancelaron apenas 6.500 euros.