SANTIAGO.- El deporte motor vivió una de sus jornadas más duras el fin de semana pasado cuando el piloto de IndyCar, Robert Wickens, sufrió un impactante accidente en Pocono y que pese a lo increíble del choque que destruyó casi por completo el auto, dejó al corredor solo con fracturas e internado en un recinto hospitalario.
La hazaña de supervivencia de Wickens fue gracias a la tecnología utilizada en la construcción de estos monoplaza que durante años ha evolucionado para brindar mayor seguridad a los pilotos que corren no solo en esta categoría, sino también en la Fórmula 1 o incluso en competencias como el RallyMobil.
El Kevlar en IndyCar
En el caso de los vehículos de IndyCar, es la empresa Dallara la encargada de fabricar los chasis poniendo un fuerte énfasis en la seguridad con distintos materiales, siendo el polímero de cristal
Kevlar el más importante.
Entre las características del Kevlar y que lo convierten en un material indicado para la seguridad en competencias a alta velocidad destaca que es cinco veces más resistente que el acero. También posee alta resistencia a los cortes y las llamas y no se descompone ni con el agua ni con la humedad.
De ahí que en el accidente de Wickens el habitáculo resultara casi intacto lo que a la postre fue fundamental para que el piloto sobreviviera.
Pero no solo el Kevlar se usa en los autos de IndyCar y la fibra de carbono es otro de los materiales que destaca en su fabricación. Entre sus propiedades también destaca la excelente rigidez que entrega a un peso mucho menor que, por ejemplo, el acero convirtiéndolo en un aliado ideal para las altas velocidades.
Sin embargo, como la seguridad de los pilotos es el objetivo principal en este tipo de carreras en las que se pueden alcanzar fácilmente los 300 kilómetros por hora, las autoridades de IndyCar ya trabajan en otro elemento que podría salvar muchas vidas en accidentes como el vivido el fin de semana.
Se trata del “windscreen” que básicamente es un cristal con tecnología aeronáutica para proteger la cabeza de los corredores ante cualquier impacto en la pista.
A todo eso se suman los cinturones, cascos, y trajes especiales que usan los pilotos durante las carreras.
F1 hace lo propio con el Zylon
En la Fórmula 1 el panorama no es muy distinto en cuanto a la seguridad del habitáculo y el material por excelencia en el circuito es el Zylon, una fibra sintética diez veces más resistente al acero y que ante un accidente provoca que el vehículo se desintegre y reparta el impacto del golpe.
La empresa japonesa Toyobo creó este material y desde el año 2007 los fabricantes de vehículos F1 comenzaron a recubrir el habitáculo con este.
Al igual que el Kevlar, el Zylon logra resistir altas temperaturas de incluso 650 grados centígrados.
Finalmente uno de los últimos elementos que debutó este año en la alta competencia motor fue el denominado “halo de seguridad” que ayuda a reducir los riesgos de golpes en las cabezas de los pilotos.
La “jaula” de rally
Los rallies también tienen sus propios riesgos y eso bien lo sabe el piloto de
RallyMobil Sebastián Silva quien en la última fecha que se desarrolló en Vicuña sufrió un impactante volcamiento dando, al menos, siete vueltas de campana.
Afortunadamente el corredor de la categoría R3 salió ileso junto a su navegante mientras que el vehículo quedó en pésimas condiciones. Gran parte de este logro fue gracias a la denominada “jaula antivuelco” que equipan este tipo de vehículos para evitar lesiones en los ocupantes.
Estas jaulas están hechas de acero de alta resistencia que las transforman en los suficientemente rígidas para soportar un impacto como el de Silva, pero a la vez son flexibles para disipar la energía del choque lejos del conductor y navegante.
Es así como los autos de rally muchas veces sufren impactantes volcamientos o choques durante la competencia, mientras que las tripulaciones pueden salir caminando.
La tecnología al servicio de los autos comerciales
Esa misma tecnología que se usa para los autos de competencia, los fabricantes la han adaptado en parte para hacer de los vehículos comerciales más seguros. Por ejemplo son muchos los deportivos de calle que hoy en día trabajan con fibra de carbono que los hacen más livianos pero a la vez más seguros.
Además destacan los distintos materiales que absorben el impacto alejando la energía del choque de los ocupantes. De ahí que muchas veces los vehículos modernos terminen destruidos por fuera en una colisión pero intactos por dentro.
