SANTIAGO.- ¿Se imagina pagar alrededor de 32 mil millones de pesos por un solo auto? Lo más probable es que esa cantidad de dígitos ni siquiera ha pasado por la mente de muchos, pero lo cierto es que eso es lo que costó -pesos más, pesos menos- el deportivo que ahora ostenta con ser el auto más caro de la historia y que fue subastado hace solo algunos días por la prestigiosa casa Sotheby´s por 48.405.000 dólares.
Hablamos de un codiciado Ferrari 250 GTO de color rojo de 1962 que no solo proviene de una muy exclusiva partida de 36 unidades, sino que además de un linaje repleto de victorias en la pista. De ahí que este auto ha sido calificado como el “santo grial” de los coleccionistas más adinerados del mundo.
Según los papeles presentados, este deportivo del “Cavallino Rampante” tiene el número de bastidor 3413 GT, que lo identifica como la tercera unidad producida de las 36 que se tienen registro. Pero eso no es todo ya que es uno de los siete modelos que fueron fabricados con una carrocería muy peculiar y que se reconocen por tener una zaga en formato de tres volúmenes que posteriormente identificaría a los GTO Serie II del 64.
Como si eso fuese poco, esta leyenda del mundo motor es una de las cuatro unidades que tuvieron alguna vez el honor de ser puestos a punto por Sergio Scaglietti, quien es considerado el hombre responsable de darle la forma a Ferrari, y que es responsable que tenga un alerón trasero y luces intermitentes bajo los faroles principales.
Además en su palmarés destacan las victorias de 1962 y 1963 de la mítica carrera de Targa-Florio y otros 15 primeros lugares en otras competencias.
Para los entendidos, la sola subasta pública de este auto ya era toda una novedad, ya que normalmente vehículos tan especiales como estos son tranzados de forma privada sin que normalmente se sepa su valor final, ya que generalmente suele ser mayor a la conocida los últimos días.
De hecho, se dice que por un modelo similar un coleccionista canceló 70 millones de dólares, transacción que solo queda como historia en el ideario colectivo del mundo motor, ya que fue un acuerdo entre particulares. De lo que sí hay certeza es que anteriormente el auto más caro del mundo era otro 250 GTO de esa exclusiva producción y que fue tranzado en 38 millones de dólares.
Desde el punto de vista de su motorización y cabina, el “Cavallino Rampante” más caro de toda la historia (vendido en subasta pública) tiene un detalle muy particular y es que debajo de su capó tiene montado un V12 de una 250 GT pero con especificaciones GTO que entrega una potencia de 286 caballos de potencia. El motor original fue retirado y prudentemente conservado de manera intacta para acompañar al vehículo en esta subasta. Además, su caja de cambios, de cinco velocidades, y el eje trasero son originales de fábrica.
Respecto de su interior esta leyenda tiene butacas de competición revestidas en color azul y correas de cinturón de seguridad que hacen juego.
