Siempre es mejor acudir a un profesional ante cualquier desperfecto.
ShutterstockRevisar el líquido de frenos: Esta sencilla acción puede salvar vidas en las carreteras y solo basta con encontrar el recipiente que contiene este fluido que por lo general se ubica detrás del motor por el lado del conductor y chequear sus niveles. Expertos recomiendan revisar al menos cada dos meses el líquido que, tal como otros fluidos, tiene su respectiva marca de mínimo y máximo. En caso de tener un nivel insuficiente o por encima del establecido siempre es mejor preguntar a un mecánico.
Ojo a las pastillas: Revisa el estado de las pastillas de los frenos por lo menos cada 15 mil kilómetros. Si tienes la oportunidad de desmontar el neumático, es fácil ver cuánta superficie de roce queda. De hecho hay otras señales como los típicos chirridos que indican que es momento de cambiarlas. El panel del auto es otro de los que ayuda en estos casos y también puede indicar cuando hay algún problema en los cuales es aconsejable llevar el vehículo a un taller.
Los “tambores”: Otro de los casos en los que los conductores deben prestar atención es si el vehículo tiene tambores en las ruedas traseras. En estos casos conviene ajustarlos por lo menos dos veces al año. Las balatas duran más que las pastillas, pero los expertos señalan que cuando la superficie de roce llega a los 1,5 mm de espesor, hay que cambiarlas, siempre bajo la revisión de un profesional.
Cuando un pedal vibra: Otro de los signos que entrega tu auto durante la conducción y que puede ser causado por algún problema en el sistema de frenos es cuando al pisar el pedal en circunstancias normales este vibra. Al igual que en casos anteriores es necesario consultar con un experto.
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