Sobrecargas o consumos anormales: Cuando el vehículo cuenta con sistemas de infoentretenimiento completo como audio, video, etc, se tiende a consumir mayor energía para su funcionamiento. Estos casos se ven agravados cuando las temperaturas climáticas descienden a grados bajo cero y por eso en invierno se recomienda resguardar el auto en un garaje para que la batería no “sufra” con el frío. Además durante esos días fríos se aconseja reducir el consumo de batería evitando cargar celulares, encender calefacción o aire acondicionado, por ejemplo.
Dejar luces o radio encendida: Los vehículos actuales son cada vez más inteligentes y por eso al momento de dejar de conducir emiten una alerta cuando las luces quedan encendidas. No obstante no todos los modelos equipan esta tecnología y de ahí la importancia de no olvidar apagar los focos y la radio al momento de estacionar el auto porque esto también descarga la batería.
Falta de uso: Es recomendable encender el motor y mover el auto de vez en cuando, sobre todo en temporada de invierno -o cuando esté expuesto a bajas temperaturas-, para hacer funcionar sus elementos y evitar que se oxiden por falta de uso. Se recomienda hacerlo al menos una vez por semana.
Desgaste: La vida útil de una batería puede ser de entre dos y cuatro años dependiendo del estilo de conducción y el mantenimiento que se le entrega, después de ese tiempo es necesario reemplazarla por una nueva o de lo contrario el auto tendrá descargas continuamente.
Fallas: Si observas anormalidades en tu batería como corrosión en las terminales, protuberancias, deformidades en la superficie o cables en mal estado, es un síntoma que puede derivar en que la batería se descargue de manera seguida.
Cuando la batería se descarga el vehículo quedará inmóvil haciendo imposible su uso hasta que se recargue o reemplace la fuente de poder. No obstante, existen otras alternativas para "salir del paso" y que aquí detallamos.
Llevar la batería descargada a un taller mecánico para que sea recargada o bien comprar una nueva. Evidentemente, la primera alternativa es mucho más barata que la segunda, siempre y cuando la batería no tenga mucho tiempo de uso. De no ser así, lo más recomendable es reemplazarla por una nueva.
Pasar corriente a través de otro auto. En esta oportunidad se debe revisar que las baterías de ambos vehículos (el descargado y el apoyo) tengan el mismo voltaje. Además hay que tener precaución de que ninguna batería tenga fisuras o derrame algún líquido. Luego de esta revisión, se conecta el cable rojo al borne positivo del vehículo sin carga, mientras que el otro extremo queda en el vehículo de ayuda. El cable negro hace lo propio con el borne negativo de la máquina donante y el otro extremo va a alguna parte metálica del motor que necesita carga. Después de unos minutos se puede intentar prender el motor del vehículo descargado.
Contratar una grúa o llamar a tu seguro para trasladar tu auto con los profesionales y le den solución a la descarga.
Empujar el auto como última opción: Antiguamente una descarga de batería se solucionaba empujando y dando marcha en segunda velocidad al auto. Hoy en día está opción sigue siendo popular entre los conductores pero debe ser considerada como última alternativa ya que los coches que cuentan con catalizador (la mayoría en la actualidad) pueden sufrir daños cuando el combustible sin quemar entra en contacto con el catalizador.
Para evitar fallas con la batería es necesario realizar continuas revisiones y una de las más confiables son los chequeos eléctricos que permiten conocer su estado. Pero además existen algunas baterías que poseen un indicador que señala su “salud”.
Otras de las recomendaciones para alargar la vida útil de la batería pasan por no encender radio, luces o equipos electrónicos con el motor apagado, mantener limpios los bornes, evitar que el vehículo quede expuesto a bajas temperaturas y tener en cuenta cuánto consumen los sistemas electrónicos que se instalan en el coche.
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