SANTIAGO.- Madrid puso en marcha su plan, a la vez ambicioso y controvertido, para restringir el tránsito rodado en toda la zona centro, con el que busca reducir la contaminación del aire que sufren los habitantes de la capital española.
El proyecto Madrid Central establece una zona de 472 hectáreas de extensión en la parte histórica de la ciudad, en la que las autoridades municipales quieren cambiar de forma drástica la forma en que se desplazan los ciudadanos.
La medida es "un paso necesario" en la "batalla" para hacer de Madrid una ciudad más saludable, afirmó la alcaldesa, Manuela Carmena.
La capital lleva años incumpliendo los límites de contaminación del aire establecidos por la Unión Europea (UE) y en este primer día se apreció una reducción del tráfico rodado en el centro.
La alcaldesa resumió el proyecto con la frase "más vida y menos humos".
Madrid se suma así a otras ciudades europeas, como Londres, Estocolmo o Milán, donde en los últimos años se han implantado distintos tipos de medidas para limitar el acceso de automóviles privados al centro, en un intento de reducir la congestión urbana y la contaminación atmosférica, y aumentar la calidad de vida de la población.
El punto clave del plan consiste en prohibir el paso por esa zona al tránsito de paso, los vehículos privados que cruzan pero no tienen origen ni destino en Madrid Central.
Se calcula que este punto sacará del centro de Madrid a casi 57.000 vehículos diarios, con lo que se prevé reducir en un 40 % las emisiones contaminantes de dióxido de nitrógeno (NO2).
En toda esa zona solo podrán circular el transporte público, los residentes, sus invitados (un máximo de 20 al mes), los autos con etiqueta de poco contaminantes (eléctricos o híbridos) y los vehículos de comerciantes y suministros.