LOS ÁNGELES.- El estereotipo de que a las mujeres no les interesan los autos más que para trasladarse en ellos no rige para "Las Doñas", un club femenino de Los Ángeles en el que sus socias tienen como pasatiempo reparar y exhibir vehículos antiguos.
"Para nosotras es tiempo entre amigas, algunas chicas van al centro comercial, o hacerse las uñas, pero para nosotras ese tiempo es manejar nuestros autos" dijo a la agencia EFE Olivia Marie, una de las "doñas", que son todas hispanas.
Ataviadas con ropa y accesorios que recuerdan la época en que sus automóviles rodaron por primera vez en las calles, las integrantes de este club que acaba de cumplir su primer año aseguran que encontraron en la reparación y restauración de sus autos una pasión indescriptible.
La inmersión de estas hispanas en este mundo es tal que incluso algunas prefieren identificarse con un apodo que permita crear una dupla perfecta con su auto. Así lo hace Latina Vamp, quien asegura que para ella reparar su auto se convirtió en un símbolo de independencia.
Confianza en uno mismo
"Yo prefiero saber todo lo que se necesita par arreglar autos y si algo pasa lo puedo arreglar yo misma", dice Latina Vamp.
Para Cristyn Peña, fundadora del club, el tiempo y la labor que las "doñas" dedican a reparar y embellecer un auto les ayuda a desarrollar la confianza en si mismas para abrirse camino en un mundo, que hasta hace muy poco era, exclusivo de hombres.
"Es bonito tener ese sentimiento de que lo puedes hacer sola sin necesitar de un hombre" es la consigna de Daisy G, un mensaje con el que coinciden todas las integrantes de este grupo.
Herencia familiar
Aunque el club tiene una connotación femenina, los hombres han sido parte fundamental del proyecto. Peña cuenta que el gusto por los autos lo adquirió de su padre y de su esposo.
Ambos hacían parte del culto a los automóviles instaurado en Los Ángeles desde la década de los años 40 por los mexicanos emigrados a California y que terminaron por popularizar los famosos automóviles modificados conocidos en inglés como "lowriders".
A sus 39 años, la fundadora de "Las Doñas" advierte que restaurar un auto junto a su papá o a su esposo era algo mas que un trabajo manual, era un momento de poder compartir en familia, una costumbre que caracteriza a los hispanos dentro de la sociedad estadounidense.
El esposo de Peña, quien falleció hace algunos años, siempre quiso pertenecer a uno de los famosos clubes de la ciudad pero nunca fue aceptado.
Segura de que ninguna de estas asociaciones de hombres le abriría las puertas al vehículo de una novata en el tema, Peña fundó el club, que se inspiró en la famosa actriz mexicana María Felix, "La Doña", de quien tomaron el apodo.
La paradoja de pertenecer a un club de mujeres inspirado por un hombre también la tuvo Daisy G, una hispana nacida en Los Ángeles. Recuerda que a sus 14 años tuvo su primer clásico que fue un regalo de su padrino. Ahora a sus 36, ya tiene tres autos antiguos dentro de su colección.
"Si ella lo puede hacer, yo también"
El pasatiempo de restaurar los autos clásicos necesita disponibilidad y recursos económicos. El proceso comienza con la compra del vehículo, que por lo general llega con problemas mecánicos o no está en la condición que las "doñas" desean.
El reto consiste en restaurar el vehículo completamente para poder manejarlo y exhibirlo. Las integrantes de este club no han tomado clases de mecánica o de arreglo de la carrocería (latonería o chapa), todos sus conocimientos los han adquirido con la práctica.
Aunque no se define como una experta, Latina Vamp asegura que poco a poco está aprendiendo más sobre este pasatiempo y espera que un día la identifiquen como la mujer que arregla autos clásicos y que esto le pueda dar ánimo a otras."Que digan: si ella lo puede hacer, yo también".
Actualmente "Las doñas" participan en las exposiciones con un Lincoln Premier de 1956 y un Chevy Fleet Master Coupe de 1948. Ambos vehículos están en perfecto estado y le han servido al grupo para ganarse un espacio entre los clubes de la ciudad.
Otros cuatro coches se encuentra en proceso de reparación. Aunque Peña no ha invitado a más mujeres a unirse a su club espera que, inspiradas en las "doñas", algún día puedan incluir en su lista de regalos de navidad una pieza de repuesto de un auto, como ella hace.
"Es una sensación de empoderamiento, de ser capaz de reparar y conducir un auto que tú compraste y tú reparaste, esto es una gran cosa", concluye.