SANTIAGO.- La expectativa de un futuro en el que los vehículos circularán sin conductor se ha frenado por las dudas en el sector automotriz unidas a algunos accidentes en pruebas, y ello se refleja en el actual Salón del Automóvil de Ginebra, donde las compañías han pasado de la euforia a la prudencia.
El veterano salón centroeuropeo, que celebra su 89ª edición del 7 al 17 de marzo, muestra vehículos parcialmente automatizados en casi todas las marcas, como el Toyota Mirai (alimentado con hidrógeno) o el eléctrico Polestar 2 desarrollado por la sueca Volvo.
Sin embargo, ambos modelos se enfocan sobre todo en sistemas de ayuda al conductor y en ningún caso lo sustituyen por completo, explicó el ingeniero mecánico Francois Guichard, de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (Unece).
"Podremos ver pronto en las autopistas vehículos con conducción automática que puedan ayudar al conductor a relajarse cuando la situación esté bajo control, en ciertas circunstancias, y en el futuro esas situaciones serán cada vez más", destacó el experto de la Unece, un organismo que trabaja en la regulación tecnológica de estos autos.
Estos vehículos, identificables porque suelen tener un radar en su parte delantera y una cámara con sensor junto al retrovisor interior, podrían conducir solos en situaciones sencillas o repetitivas, como un atasco, pero alertarían al conductor en caso de emergencia.
"Todas las marcas tienen la estrategia de dar tiempo libre a los conductores (...) para acceder por ejemplo al correo electrónico o las noticias en una pantalla del vehículo, pero si este encuentra un problema debe notificarlo a través de ella para que quien conduzca responda lo antes posible", subrayó Guichard.
En ese sentido añadió que "el progreso técnico fue muy rápido en los comienzos pero ahora tenemos la impresión de que todo va más lento, porque estamos en la parte en la que el vehículo debería valerse por sí mismo y eso es más complicado de manejar".
"En el último año hemos visto un aterrizaje de las expectativas: en los cuatro o cinco anteriores todos anunciaban que en dos o tres años todo estaría automatizado. Tokio por ejemplo predecía que en sus JJOO de 2020 habría flotas de vehículos autónomos, pero todo se ha parado", añadió el portavoz de Unece, Jean Rodríguez.
"A raíz de una serie de accidentes se ha visto que no se podía acelerar tanto, que debía tenerse en cuenta la complejidad del asunto y que requiere tiempo", recalcó.