Steve McQueen interpretando al piloto Michael Delaney en la película "Le Mans" (1971).
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El 24 de marzo de 1930 nació Steve McQueen, uno de los actores más populares de Hollywood que alcanzó fama mundial en las décadas sesenta y setenta con exitosas producciones como "Los Siete Magníficos" (1960), "El Gran Escape" (1963), "Bullitt" (1968) y "Le Mans" (1971).
Pero además de ser una estrella del cine estadounidense, en la biografía de McQueen -que falleció a los 50 años producto de un cáncer al pulmón - se puede encontrar una de sus principales pasiones: los automóviles.
"No estoy seguro de si soy un actor que compite o un piloto que actúa", dijo una vez el intérprete. Y una de las escenas que representa el espíritu de McQueen nos remite a Bullitt, cuando arriba de un Ford Mustang GT-390 Fastback largo color verde protagonizó una de las persecuciones de automóviles más memorables del cine mientras acechaba a dos asesinos a sueldo por las calles de San Francisco, que escapan en un Dodge Charger R/T negro. Que quede claro: no se usó un doble de acción para la escena.
Su historia de amor con los autos viene de sus primeros años de vida en Bech Grove, Indianápolis, ciudad en la que se encuentra el famoso circuito oval de una de las carreras más importantes de automovilismo de Estados Unidos.
Ford Mustang GT-390 Fastback de 1968 con el que McQueen aparece en la película Bullitt.
Tiempo después, su fama le permitió participar en carreras y tener una colección de lujo que incluyó varios Porsche. Entre ellos, el 911S, que mantuvo en su poder hasta su muerte en 1980; y el 917K, modelo que fue parte de "Le Mans", proyecto personal de McQueen sobre la mítica carrera de 24 horas de resistencia donde encarna al piloto Michael Delaney.
Aunque quizás el ejemplar de la marca alemana con mayor valor sentimental fue el Speedster de 1958, su primer auto nuevo, con el que debutó en una competición oficial y el primero con el que ganó una carrera, en Santa Bárbara (California) en 1959.
Otros clásicos modelos de su colección son el Cooper T-52 de Fórmula Junior, con el que ganó algunas competencias en 1961; un Hudson Wasp con carrocería coupé; un Lotus 11 de 1959 y también un Ferrari 250 Lusso de 1963, el que luego sería vendido en un remate de 2007 por 2,4 millones de dólares.
Porsche 917K de 1969.
Asimismo, tuvo un Mini Cooper S 1275 de 1967, al cual le cambió el diseño añadiéndole llantas cromadas y techo solar; y el exclusivo Jaguar XK-SS, una versión calle del D-Type que adquirió en 5.000 dólares, aunque su valor actual bordea los 3 millones de dólares.
Pero no solo los automóviles le quitaban el sueño. El actor era amante de las motocicletas, participando en varias competencias Enduro y con una colección de modelos de emblemáticas marcas como Indian y Harley-Davidson.
Y en el cine, por supuesto, McQueen también tiene una escena memorable arriba de una moto: en el final de "El Gran Escape", abandona el campo de concentración nazi conduciendo una Triumph TR6.
Jaguar XK-SS