Los mejores conductores de tranvía de Europa se congregaron el pasado fin de semana en Bruselas, Bélgica, para dar vida a una de las competencias más curiosas que se pueden observar con esos medios de transporte de ciudad.
Entre las pruebas realizadas la más llamativa es el “boliche” y que consiste en conducir un carro hasta golpear una enorme pelota de huele para arrojarla contra gigantescos pinos. Obviamente gana quien logre botar más objetivos.
Según cuanta el sitio Jalopnik.com, esta “gincana” se realiza con cuatro tranvías con los que los conductores deben superar cuatro diferentes pruebas, de la mejor forma y en el menor tiempo posible.
En la primera de ellas, el vagón debe tomar cierta velocidad y detenerse sin chocar contra un cono instalado por los jueces de la competencia. Una vez detenido el carro, el o la conductora debe correr hacia otro tranvía con el que debe realizar una prueba similar a la anterior pero con mayor nivel de dificultad ya que deben detenerse lo más cerca posible de un obstáculo ubicado en zona de curva.
Una vez concretada la segunda prueba, el piloto correrá a un tercer coche con el que debe poner a prueba su precisión, ya que deben detenerse en un lugar preciso que permita que sus puertas queden alineadas en un punto de la plataforma de abordaje de pasajeros.
Finalmente, la cuarta prueba, y la más entretenida para muchos, es el “boliche o bowling” donde cada conductor a cargo de un carro de tranvía debe tomar velocidad y golpear una enorme bola de hule sostenidas por dos jueces del evento y lanzarla contra gigantescos pinos.
La idea de la competencia es que los concursantes puedan operar una amplia variedad de modelos de tranvía y demostrar sus cualidades.
Este año el organizador del
Sexto Campeonato Europeo de Conductores de Tranvía fue la ciudad de Bruselas, urbe que además celebró el 150 aniversario del transporte en tranvía. Si quiere revisar la competencia de este año has clic
AQUÍ.