Un experto en seguridad identificado como Droogie intentó burlar las cámaras de control vial que se utilizan en Estados Unidos y que básicamente identifican la placa patente del vehículo para endosarle la multa respectiva en caso de incurrir en una falta.
Para eso, el profesional personalizó legalmente su matrícula con la palabra “null” (nulo), mismo término utilizado por el sistema de Lector Automático de Placas (ALPR, por sus siglas en inglés) y que se atribuye a coches cuya patente no puede ser identificada y no se le puede asignar la multa.
Los ALPR involucran modernas cámaras que normalmente están montadas en los autos de la policía y en puntos críticos de las ciudades. El sistema recoge la patente del vehículo, así como también la hora, la fecha y la ubicación de este.
Lo que algunos sectores critican de este mecanismo de control vial, es que la recopilación de estos datos no se relega a vehículos sospechosos, sino que a cualquier coche que inmediatamente queda registrado con una base de datos asociada y que contiene información exacta de sus antiguos paraderos y dónde se halla en tiempo real.
Droogie, quien expuso su caso en la conferencia de seguridad DEF-CON que se realizó en Las Vegas el sábado recién pasado, dijo su pequeño plan logró parte del objetivo y que fue confundir al sistema computacional de detección de matrículas.
No obstante, aclaró que lejos de hacerse invisible, el sistema resolvió asignarle a su patente todas las infracciones pendientes que fueron catalogadas por la computadora como “null”. Al poco tiempo estas multas superaron los 12 mil dólares (alrededor de 8 millones 500 mil pesos chilenos).
"Pensé: Soy genial, voy a ser invisible. En cambio, obtuve todos los boletos", relató Droogie a la multitud que estaba presente en DEF-CON.
Finalmente el profesional pudo apelar a las infracciones asignadas “por error” y librarse de esas infracciones, aún cuando a la fecha ya suma otras multas por unos 6 mil dólares.
Al respecto, Electronic Frontier Foundation dijo que hechos como los relatados hacen dudar aún más de esos sistemas, ya que "a diferencia de un oficial que escribe números de placas a mano, la recolección y el almacenamiento en una escala masiva y automatizada de estos puede revelar detalles íntimos de nuestros patrones de viaje que no deberían ser asunto del gobierno".