La huelga de los trabajadores de General Motors (GM) en Estados Unidos cumplió ayer lunes su segunda semana de movilización a la espera que la empresa y el sindicato United Auto Workers (UAW) logren un acuerdo en torno a un nuevo contrato colectivo.
Mientras este acercamiento no se produzca, dijeron, los cerca de 50.000 empleados del fabricante de vehículos mantendrán la paralización de actividades.
Para eso, el sindicato comenzó a entregar de sus fondos unos 250 dólares semanales (182 mil pesos chilenos) a cada asociado que durante este periodo deja de recibir remuneraciones.
Dependiendo de su categoría, los trabajadores de GM en huelga cobran habitualmente entre 600 y 1.200 dólares a la semana.
La huelga, la primera que sufre GM desde 2007 y que afecta 33 centros de producción y 22 de distribución en Estados Unidos, se inició el pasado 16 de septiembre tras el bloqueo de las negociaciones para la firma de un nuevo contrato colectivo. El anterior contrato concluyó el 15 de septiembre.
GM y UAW negociaron durante dos meses antes de que los afiliados al sindicato aprobaran la declaración de la huelga. El sindicato señaló que durante esos dos meses, las dos partes solo habían llegado a acuerdos sobre el 2 % del conjunto de las negociaciones.
Aunque la huelga solo afecta a las plantas en Estados Unidos, el paro está provocando problemas en centros de producción de GM como los existentes en Canadá y México debido a la falta de componentes para el montaje de vehículos y partes.
A raíz de eso, esos centros se han visto en la necesidad de despedir temporalmente a unos 3.600 empleados en esos países.
Aunque UAW ha acumulado algo más de 720 millones de dólares para cubrir pagos a sus afiliados en caso de huelga, los expertos están advirtiendo de los efectos de un prolongado paro.
Colin Lightbody, un antiguo ejecutivo de Fiat Chrysler (FCA) y analista laboral, señaló que "es prudente para los líderes de UAW que empiecen a gestionar las expectativas de sus afiliados lo antes posible".
Lightbody, que participó en negociaciones de UAW con FCA, también advirtió que "es arriesgado que los afiliados de UAW asuman que la oferta económica de GM mejorará o que permanecerá intacta, incluso tras una huelga de al menos dos semanas".
Los trabajadores votaron iniciar la huelga después de que GM ofreciese pagar solo un 15% de los gastos sanitarios de sus trabajadores, cuando la media nacional es de casi el 30 %.
Tras el rechazo de UAW a la oferta, GM retiró la propuesta y dejó sobre la mesa el 3% que la empresa paga actualmente.
Según UAW, GM también se negó a mejorar las condiciones salariales y prestaciones sanitarias de los trabajadores, a pesar de que el año pasado la empresa ganó más de 8.000 millones de dólares.
Además, los trabajadores quieren que GM limite el uso de empleados temporales y que cancele sus planes de cerrar en 2020 las plantas de Lordstown, en Ohio; y de Hamtramck, en Michigan.
Por su parte, GM dijo que ha ofrecido 7.000 millones de dólares en inversiones durante la duración del contrato colectivo, lo que creará más de 5.400 empleos, así como mejoras salariales y mayores pagos de prestaciones sanitarias.
GM ofreció, además, localizar la producción de una nueva camioneta "pickup" eléctrica en una planta de Detroit, que está previsto que cierre el próximo año como parte de la reestructuración del fabricante.