General Motors llamó a sus trabajadores de Estados Unidos, unos 48 mil funcionarios, para que ratifiquen el principio de acuerdo alcanzado con el sindicato United Auto Workers (UAW) y así poner término de forma definitiva a la movilización que ya se extiende por más de un mes y que ha generado millonarias perdidas.
"Alentamos a UAW a actuar lo más rápido posible para que podamos reanudar las operaciones y volver a producir vehículos para nuestros clientes. Nuestro objetivo durante las negociaciones fue asegurar el futuro de nuestros empleados, distribuidores, proveedores y las comunidades donde operamos", señala el consorcio automovilístico estadounidense en un comunicado.
Además, subraya que el preacuerdo muestra el "compromiso" de la compañía con la fabricación en EE.UU., mediante la creación de nuevos empleos y una mayor inversión.
No obstante, el sindicato asegura que los trabajadores se mantendrán en huelga hasta que el preacuerdo no sea ratificado.
Este recoge un mayor salario para los trabajadores que están a jornada completa, de un 3%, y mejores condiciones para los empleados temporales, pero da luz verde para que General Motors cierre tres plantas en el país.
La huelga convocada por UAW dio comienzo el pasado 16 de septiembre y ha sido secundada por unos 48.000 trabajadores, con el fin de presionar para que la compañía aceptara sus demandas de cara al nuevo colectivo, entre las que se incluyen subidas salariales, mayor seguridad laboral, un reparto de beneficios más sustancioso y mayores beneficios sanitarios.
