La ciudad de Bristol, en el Reino Unido, podría convertirse en la primera urbe de ese país en dictar normas que prohíban la circulación de vehículos diésel en un intento por mejorar la calidad del aire.
Según informan medios de prensa británicos, la propuesta busca demarcar una amplia área, que comprenda el centro de la ciudad, donde no puedan ingresar estos coches entre las 7:00 y las 15:00 horas todos los días de la semana.
El consejo de la urbe también está considerando adoptar una zona más amplia para vehículos comerciales como autobuses, taxis y camiones que no cumplan con las normas específicas de emisiones para marzo de 2021.
Habría además un programa de ayuda para que los propietarios de vehículos diésel de deshagan de ellos y puedan acceder a automóviles más ecológicos.
Se indicó además que el proyecto establece que los conductores que ignoren las restricciones serán fiscalizados con modernas cámaras, similares a las que se usan en las zonas de emisiones ultrabajas de Londres, que pueden leer las patentes de los vehículos y verificar, según registros, si este cumple con el estándar establecido.
El consejo de Bristol deberá votar la propuesta el 5 de noviembre próximo y, de ser aprobada, trabajarán para materializar la ordenanza.
Las medidas adoptadas contra los vehículos diésel comenzaron a analizarse luego que se comprobara que fabricantes como Volkswagen hicieron trampa en sus sistemas para regular las emisiones de contaminantes en millones de unidades puestas en los mercados internacionales.
Ya en 2018 la ciudad de Hamburgo se convirtió en la primera ciudad de Alemania en adoptar medidas similares, tendencia que luego se fue replicando en otras metrópolis del Viejo Continente.