La semana pasada se oficializó la histórica fusión de Fiat Chrysler Automobiles y PSA Peugeot quienes firmaron un acuerdo convirtiéndose así en el cuarto grupo más grande del mundo. Esta alianza no solo generará un nuevo actor en la industria automotriz, sino que también podría servir de impulso para que otras compañías tomen un camino similar.
Así lo aseguró el editor de la empresa de análisis Global Data, David Leggett, quien señaló que “veremos más colaboraciones estratégicas en la industria automotriz en 2020 a medida que las condiciones competitivas se intensifiquen y las compañías se vean presionadas cada vez más a tomar medidas para controlar los costos y posicionarse para un cambio transformador en la movilidad y la estructura de la industria automotriz”, dijo según publicó CarsCoops.
En ese contexto otro ejemplo de acercamiento entre dos compañías automotrices es el Memorando de Entendimiento que firmaron hace algunos días Isuzu Motors y Volvo Group para formar una alianza en el terreno de los vehículos comerciales.
Estas instancias, a juicio de Global Data, demuestran que el futuro de las grandes empresas de vehículos apunta a distintas fusiones considerando los ahorros que significa en términos de producción y de mayor escala y presencia en los mercados internacionales.
Fusión de FCA y PSA conectará a fábricas latinoamericanas
Otro de los beneficios de las fusiones automotrices es la conexión que se genera entre las distintas factorías como el caso de FCA y PSA, cuya alianza creará una nueva era en Latinoamérica.
Esto porque las siete fábricas que ambos grupos automovilísticos suman en Argentina, Uruguay, México (2) y Brasil (3) trabajarán en conjunto de ahora en adelante.
El grupo PSA tiene operativas tres plantas en su área estratégica de Latinoamérica, la de El Palomar en Buenos Aires (Argentina) y la de Porto Real ubicada en el estado de Río de Janeiro, denominada Polo Industrial Brasil (PIBR), además de la que comparte con su socio Nordex en la planta que tiene en Montevideo.
En cuanto a FCA, produce vehículos y motores en las fábricas brasileñas de Fiat Betim, en Minas Gerais, y Fiat Goiana (Pernambuco), así como en las mexicanas de Toluca y Saltillo.