La pandemia desatada por el coronavirus o Covid-19 ha sido definida por analistas como la última gran estocada que ha tenido que hacer frente la complicada industria automotriz mundial que desde hace ya unos años ha registrado una fuerte caída en la venta de unidades nuevas.
Y es que esta crisis sanitaria es la última de una serie de problemas que han impactado el sector y que comenzaron con la desaceleración del mayor mercado automotriz del mundo, China, a lo que se unió la guerra comercial con Estados Unidos y las dudas generadas ante el Brexit, según indica un reporte de la Cámara Nacional de Comercio Automotriz de Chile (Cavem).
El último informe de Bloomberg acerca de los efectos de esta pandemia en el sector analiza los cambios de la demanda de automóviles en medio de esta crisis sanitaria y recuerda que son los consumidores los que tienen el poder de terminar de hundir la situación: es la denominada elasticidad de la demanda.
Consumidores desanimados invadidos por la incertidumbre se suman a decisiones concretas tomadas por los gobiernos en torno a cerrar fronteras y decretar cuarentenas totales que han llevado a los fabricantes de vehículos a un escenario nunca antes pensado, teniendo que clausurar decenas de fábricas repartidas a lo largo y ancho del mundo.
Medidas y consecuencias
Fiat Chrysler, por ejemplo, detuvo temporalmente las operaciones en algunas de sus fábricas italianas y firmas como Nissan experimentaron en febrero una caída del 80% de sus ventas en China, su principal mercado.
Demás está decir que también ha impactado al sector la suspensión de varios salones del automóvil, como los de Nueva York y Ginebra entre otros, con las correspondientes pérdidas para las marcas que utilizan estos tradicionales espacios para presentar sus nuevas propuestas. Como si eso fuese poco los mercados se unen a la histeria, las bolsas del todo el mundo cierran con caídas y el Fondo Monetario Internacional empieza a advertir de la desaceleración.
Malos pronósticos
De ahí que no resulta extraño que la consultora LMC Automotive pronostique que este año será aún más complejo para la industria automotriz mundial, reduciendo su pronóstico de ventas en un 4% o 3.7 millones de unidades, el nivel más bajo registrado desde 2013.
De hecho, podría ser aún peor si se mantienen las interrupciones en la cadena de suministros, las que han aumentado los costos en logística.
"El impacto del Covid-19 en la industria automotriz ha ido mucho más allá del punto inicial de China, lo que ha resultado en revisiones de pronósticos a la baja en la mayoría de los principales mercados", dijo al respecto Jonathon Poskitt, director de pronósticos de ventas globales de LMC en una entrevista a Autonews.