La tradicional prueba de resistencia de las 24 Horas de Le Mans, que cambió su fecha de realización de junio a septiembre a raíz del coronavirus, paralizó su venta de entradas con el objetivo de limitar el aforo al menos durante esta etapa.
"Siempre hemos estado a la vanguardia de la innovación tecnológica para mejorar la seguridad y la movilidad sostenible. La responsabilidad es uno de nuestros principios básicos. Por lo tanto, estamos seguros de que nuestros fieles espectadores entenderán nuestra posición y apoyarán la decisión", dijo el presidente del Automobile Club de l'Ouest (ACO) y encargado de organizar la carrera, Pierre Fillon.
El objetivo de los organizadores es asegurar la presencia solo de los fanáticos que adquirieron sus entradas antes del 29 de junio, además de los miembros respectivos de la organización, señala la prensa internacional.
Con esto se busca limitar el aforo que, hasta años anteriores, era de más de 245 mil personas cada año y que hoy en día es prácticamente imposible tener debido a la emergencia mundial por el coronavirus.
No obstante, según señalaron los organizadores, la suspensión de venta de entradas será analizada durante las próximas semanas para evaluar la posibilidad de ampliar el aforo si es que las condiciones lo permiten.
“No vamos a batir ningún récord de asistencia este año. Sin embargo, toda la magia de la carrera seguirá intacta y la experiencia del espectador, en el circuito o desde la distancia, seguirá siendo de categoría mundial", agregó Fillon.
