Esta semana salió de la línea de producción la primera unidad del nuevo Aston Martin DBX, el primer modelo en formato SUV del fabricante británico de autos de lujo, el que no solo representa la culminación de cinco años de arduo trabajo, sino que también un factor clave que podría definir el futuro de la compañía.
Para nadie es un secreto que el constructor británico se suma tarde a la moda de los Sport Utility Vehicle y lo hace cuando casi la totalidad de los fabricantes ya tienen uno o más modelos en el mercado.
Lo que es peor, el DBX llega con la obligación de tener buenos resultados a fin de ayudar a la empresa a salir del complicado escenario financiero que enfrenta y que se agudizó con la crisis mundial desatada por el Covid-19.
Tan solo hace un par de semanas Aston Martin informó que trabajaba para poder recaudar alrededor de 260 millones de libras (poco más de 328 millones de dólares) en nuevos fondos para mantener el negocio en marcha, algo que fue interpretado como un claro mensaje de que el tiempo y los recursos se están agotando para el constructor de autos de lujo.
Antes de la pandemia del Covid-19 Aston Martin ya estaba en un complicado escenario financiero que logró controlar en parte con el ingreso del multimillonario canadiense Lawrence Stroll, quien asumió como presidente ejecutivo de la compañía tras inyectar una fuerte suma de dinero que dio cierta tranquilidad a la empresa.
De ahí que las esperanzas están puestas en el DBX, modelo que esperan aumente la presencia de la marca en mercados donde los autos deportivos con tracción trasera no son tan populares.
El Aston Martin DBX promete grandes emociones al volante, gracias a que incorporará un sistema de tracción total, una cualidad que le permitirá a la firma competir en mercados donde los 4x4 son muy solicitados.
Para poder competir en este segmento, el Aston Martin DBX apuesta por un esquema de cabina espaciosa, amplias plazas, tanto al frente como en la sección posterior y, por supuesto, materiales de gran calidad.
La producción de este SUV está realizada completamente a mano e implica combinar los procesos artesanales de la compañía con la integración de gran carga de tecnología a bordo.
Se espera que las primeras entregas del nuevo Aston Martin DBX comiencen a finales de este mes y se estima que el 80% de la producción se comercialice fuera del Reino Unido.
