El Presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tiene un vínculo especial con la industria automotriz estadounidense, la que se forjó durante su infancia dado que su padre era precisamente vendedor de autos. De ahí que su próximo arribo a la Casa Blanca sea visto con buenos ojos por parte de analistas y fabricantes.
Durante su campaña, Biden presentó un paquete de políticas y propuestas para el sector que no solo deberían generar un millón de nuevos puestos de trabajo, sino que también apalancar el desarrollo de la electromovilidad. Sin ir más lejos, el demócrata hizo un video donde aparece en su Corvette del año 67 y donde dice estar ansioso de probar un ejemplar cero emisiones.
Según publica The Wall Street Journal las propuestas del electo presidente forman parte de un plan más amplio para apoyar las energías limpias y abordar el problema del cambio climático.
En ese contexto, Biden ha dicho que durante su administración endurecerá las regulaciones de ahorro de combustible, flexibilizadas por Donald Trump, y promoverá los vehículos cero emisiones, además de adoptar un tono más colaborativo en el comercio.
Así las cosas, el apoyo que dio Trump a los combustibles fósiles, retrasando la transición hacia vehículos electrificados, podría revertirse bajo la administración de Joe Biden, quien en la campaña se comprometió a invertir miles de millones de dólares para sumar cerca de 500 mil nuevas electrolineras para 2030, financiar la investigación y desarrollo de nuevas baterías y restaurando los incentivos para la adquisición de coches cero emisiones.
General Motors dijo hace unos días que espera trabajar con su administración y el Congreso para "avanzar en nuestra visión de un futuro totalmente eléctrico y sin emisiones", mientras que Fiat Chrysler Automobiles manifestó que espera trabajar con Biden y los congresistas "para fortalecer la industria automotriz y construir un futuro más seguro para nuestros empleados, clientes y sociedad".
A diferencia de la actual administración, la propuesta del presidente electo de EE.UU. apunta a invertir en “e-scooters y otros vehículos de micro movilidad e integrar tecnologías como semáforos optimizados para aprendizaje automático" y para ello espera que el Congreso apruebe un gran paquete de infraestructura durante 2021.
A juicio de los analistas, este giro en la política de emisiones de EE.UU. será todo un desafió para las golpeadas finanzas de los constructores automotrices que operan en el país del norte, ya que deberán realizar fuertes inversiones en el desarrollo de esta tecnología.
En cuanto a la relación con otros mercados, principalmente el chino, se espera que la administración de Biden sea más mesurada que la de Trump y promueva una competencia estratégica más que una confrontación directa, tal como ha sido los últimos cuatro años y que generó una guerra comercial que ocasionó pérdidas millonarias entre las empresas del sector automotriz por el pago de aranceles.
De hecho, Ford y General Motors reconocieron que esta política de la administración Trump les significó pérdidas estimadas en al menos mil millones de dólares a cada uno al tener que absorber los aranceles al acero y al aluminio.
