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Los autos blindados han sido parte de la historia de la industria automotriz siendo construidos por los propios fabricantes o modificados por petición especial de los dueños. En ese sentido Porsche fue una de las empresas que se aventuró a revestir uno de sus famosos 911 en contra de las balas por una solicitud de un cliente del que no se conoce su identidad.
El coche, versión 996, fue concebido entre finales de la década de los 90 y principios de los 2000, según explica el medio Diario Motor, y si bien logró el resultado esperado en cuanto a la resistencia, lo cierto es que el modelo se alejó de toda la filosofía de los 911.
Esto porque las modificaciones hicieron que el auto quedara más pesado y tuviera que eliminar algunos detalles característicos del modelo. Así, por ejemplo, los cristales antibalas de 20 mm de espesor obligaron a decirle adiós a las ventanas sin marco.
Además, el coche fue desarrollado con refuerzos de Dyneema, una fibra de polietileno resistente y con gran capacidad de absorber la energía, indica la prensa internacional.
Gracias a este material es que el vehículo es capaz de aguantar disparos de una pistola de 9 mm o de un revólver Magnum.
No obstante, estas modificaciones en la carrocería hicieron que el coche pasara de las 1,3 toneladas que pesaba el 911 normal, a 2,7 toneladas con el blindaje.
Esto hizo que la aceleración final bajara ya que el motor es el mismo que se usaba en los convencionales, es decir, un bloque de 3,4 litros bóxer de seis cilindros que lograba una potencia máxima de 300 CV a 6.800 rpm y un par de 350 Nm.
Actualmente el vehículo se encuentra en el museo de Porsche en Stuttgart como atracción para todos los amantes de las tuercas.