Los coleccionistas de autos y los fanáticos de la marca Jaguar cuentan los días para la próxima subasta organizada por Hampson Auctions, evento donde se subastará el ejemplar más potente y veloz alguna vez fabricado del modelo E-Type.
De hecho, este deportivo entró a los libros de historia automotriz como “La Bestia”, nombre que ganó gracias a sus poco más de 750 CV y una velocidad máxima superior a 290 km/h.
Este deportivo, llamado oficialmente como Jaguar V12 Racing E-Type, fue construido en la década de los 90 y participó de un sinnúmero de competencias motor, especialmente en el Reino Unido, donde dominó desde un principio.
“La Bestia” también debe ser uno de los Jaguar E-Type con más modificaciones realizadas y que le permitieron alcanzar numerosas y sucesivas evoluciones durante sus años de competencia. De hecho, indica el sitio Motor.es, no son pocos los artículos que se escribieron de este ejemplar durante sus años de gloria.
Entre las numerosas modificaciones que lo convirtieron en el salvaje biplaza que es hoy, destaca su nuevo motor V12 de 7.3 litros alimentado por carburadores Weber y al que se le asume una potencia superior a los 750 CV y 900 Nm de par. Cifras que incluso son consideradas como extremadamente altas en la actualidad.
Pero este no es un simple E-Type modificado con un enorme bloque, indica el sitio Motor.es, ya que durante sus años de competición también se modificó el chasis como el esquema de bastidor hasta convertirlo en un auténtico prototipo de competición.
El bloque V12 además fue instalado mucho más abajo y retrasado que en el modelo de serie. Además los cambios también afectaron a su esquema de suspensión como el de freno. Ambos sistemas cuentan con elementos de competición, incluyendo discos AP Racing de 15 pulgadas con pinzas de 6 y 4 pistones en el eje delantero y trasero, respectivamente. El resultado es un E-Type con un traje de circuito con altas dosis de aluminio, fibra de vidrio y carbono, indica el sitio especializado.
Tras un fuerte accidente “La Bestia” terminó olvidado en un rincón de un garaje donde pasó varios años hasta que su actual propietario decidió rescatar a la leyenda con un exhaustivo y costoso trabajo de reconstrucción.
