Hace unos días se conoció un informe que daba cuenta que el gobierno chino había instruido a sus funcionarios de Estado y militares a no usar vehículos Tesla ante la posibilidad que los avanzados coches eléctricos fuesen usados para espiar sus movimiento. La restricción, también se habría hecho extensiva a los empresarios que tienen vínculos con la administración de la potencia asiática.
No pasó mucho tiempo para que el cofundador y CEO de la compañía estadounidense de autos eléctricos, Elon Musk, se refiriera al asunto indicando que de ser así su empresa ya habría sido cerrada por las autoridades de ese país.
“Existe un incentivo muy fuerte para que seamos muy confidenciales con cualquier información (...) Si Tesla usa sus autos para espiar en China o en cualquier lugar, nos cerrarán”, aseguró el magnate.
No obstante, el viernes pasado algunas fuentes cercanas a Reuters confirmaron la existencia de la medida e indicaron que el Ejército chino prohibió que los vehículos de la marca Tesla ingresen a sus complejos, citando preocupaciones de seguridad sobre las cámaras instaladas en los cero emisiones y que su usan como asistentes a la conducción y sistemas de seguridad.
Elon Musk ha sido un promotor importante para que Estados Unidos y China establezcan puentes que permitan mejorar las confianzas. Así al menos lo planteó durante el Foro de Desarrollo de China, una reunión empresarial de alto nivel y que es organizada por una fundación dependiente del Consejo de Estado.
En el gigante asiático Tesla vendió 147.445 vehículos el año pasado, el 30% de su total mundial. Sin embargo, este año se enfrenta a más competencia de rivales nacionales desde Nio Inc hasta Geely.
Cabe mencionar que China es en la actualidad el mercado automotriz más grande del mundo y en los últimos años se ha convertido además en el campo de batalla clave para los vehículos eléctricos (EV).