Sistema de arriendo de bicicletas públicas en el centro histórico de La Habana.
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El gobierno de La Habana, Cuba, abrió una licitación para gestionar bicicletas a empresas privadas o estatales con el objetivo de paliar la falta de transporte urbano y disminuir la contaminación ambiental de la ciudad.
La capital cubana, con 2,1 millones de habitantes, padece de una crónica insuficiencia de transporte, actualmente administrado por una empresa de ómnibus pública, así como en taxis estatales y privados.
Según el diario provincial Tribuna de La Habana, el proyecto denominado "Ha'Bici Neomovilidad" está apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Fondo para el Desarrollo del Ministerio del Transporte local.
El sistema en concurso contará con 9 cicloestaciones y un total de 350 bicicletas y operará en la zona oeste de la ciudad, indica el citado medio de comunicación.
El objetivo de la iniciativa será intentar promocionar "el uso seguro, cotidiano y masivo de la bicicleta como medio de transporte sostenible y ecológico, que contribuye a la mitigación del cambio climático", agrega el periodíco.
Es "una noticia interesante: el Sistema de Bicicletas Públicas a licitación", dijo Oniel Díaz, de la consultora privada Auge, en su cuenta de Twitter.
En febrero el gobierno cubano autorizó el trabajo privado en más de 2.000 actividades, antes reservadas al Estado, pero aún no ha aprobado una legislación que autorice las pequeñas y medianas empresas (pymes).
El transporte público en bicicleta se generalizó en la década de 1990, cuando la falta de petróleo paralizó el transporte motorizado durante una severa crisis económica en la isla denominada "Período Especial", tras la desaparición de la Unión Soviética.
El uso de la bicicleta se atenuó mucho en la primera década del 2000, cuando Venezuela comenzó a suministrar combustible a Cuba y se reanimó otra vez el transporte urbano.
La apuesta por el uso de bicicletas en La Habana está limitada por las condiciones climáticas de la isla caribeña donde el fuerte sol y las altas temperaturas se dejan sentir gran parte del año, a lo que se suman varias calles y avenidas en pendiente a pesar de contar con un amplio malecón.