El miembro consejero de la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles de Estados Unidos, Charlie Gilchrist, estimó que este año se venderán todos los ejemplares nuevos que lleguen al mercado de ese país aún cuando su valor se ubique muy por sobre el promedio.
En tiempos normales esto sería motivo de celebración para la industria, pero lamentablemente, indicó, este fenómeno es resultado de la escasez global de microchips que ha forzado a las automotrices a reducir considerablemente su producción de ejemplares.
El resultado es que ahora hay mucho menos vehículos en los concesionarios, justo cuando está amainando la pandemia de coronavirus y creciendo la demanda de coches, camionetas de carga y deportivas.
Dada la fuerte demanda, indicó Gilchrist (cuya empresa maneja 11 concesionarios en el área de Dallas-Fort Worth) se han vendido todos los ejemplares que les han llegado y con precios que están un 10% por sobre el valor normal.
"Es claramente evidente cuando entras a nuestros lotes que no hay mucha selección", dijo Gilchrist, quien vende unidades de General Motors, Ford, Nissan y Volkswagen.
Aseguró que a la fecha "nuestro volumen (de ventas) está cayendo debido a la falta de inventario”, problema que se agudizará en los próximos “dos o tres meses”.
Baja de producción
En ese contexto, se informó que debido a los problemas en la línea de suministros de semiconductores Ford espera producir apenas la mitad de su número usual de vehículos desde ahora y hasta finales de junio.
Por su parte, General Motors y otros han optado por parar la producción de algunos modelos de vehículos y SUV pequeños para destinar su reserva de microprocesadores a vehículos más rentables como camionetas y SUV grandes.
De ahí que los principales productores de autos están advirtiendo de una baja significativa en las ganancias del presente ejercicio.
La escasez de vehículos y el alza de precios son consecuencias del estallido de la pandemia hace 14 meses. A medida en que se diseminó el virus, las plantas cerraron por un par de meses.
Con millones de personas más trabajando desde casa, la demanda de laptops y monitores llevó a los productores de semiconductores dejar de enfocarse en los autos y optar por los productos electrónicos personales. Muy pronto, no obstante, una recuperación económica más rápida que lo que se esperaba estimuló la demanda de autos y las plantas trataron de restablecer la producción a plena escala. Pero los productores de chips no pudieron responder con suficiente presteza.
Con la producción aún más lenta, los inventarios de los concesionarios bajaron. Ahora, al persistir la escasez de chips, la poca existencia de nuevos vehículos ha empeorado y los analistas no prevén un regreso a la normalidad antes del próximo año.
Hasta ahora los fabricantes de autos han estado logrando fuertes ganancias incluso con inventarios mermados, mayormente porque muchos consumidores han estado dispuestos a pagar más para obtener lo que desean.
Con los cheques de estímulo del gobierno y los reembolsos de impuestos a la mano, los estadounidenses compraron unos 1,5 millones de vehículos nuevos en abril. Eso representa una tasa anual ajustada de 18,5 millones, la más alta desde 2005.