La industria automotriz avanza a toda máquina hacia la electromovilidad a medida que las normas de emisiones se hacen cada vez más estrictas, especialmente en mercado como el europeo. No obstante, distintos estudios han establecido que los autos eléctricos están lejos de ser inocuos para el medio ambiente, ya que si bien no emiten carbono por la combustión de gasolina, esas emisiones se trasladan a su proceso de construcción e incluso alimentación, toda vez que gran parte de la energía eléctrica se genera quemando combustibles fósiles.
En ese contexto, Simon Powell, Director Global de Investigación Temática de Jefferies, indicó a CNBC que según sus análisis los vehículos eléctricos deben permanecer más tiempo en manos de sus propietarios y ser conducidos constantemente por largas distancias para que recién puedan ser considerados como más “amigables” con el entorno.
"Para obtener el dividendo ambiental que buscan los gobiernos, los usuarios tendrán que conservarlos por más tiempo, conducirlos más lejos de lo que podrían haber hecho con un vehículo de energía de combustión interna convencional (...) Cuando salen de fábrica, estos (vehículos eléctricos) están en desventaja", dijo el experto.
En ese contexto, Powell explicó que la fabricación de vehículos eléctricos se enfrenta en la actualidad a un desafío de "carbono incrustado".
Indicó que durante su proceso de construcción se emite una "enorme cantidad" de carbono al medio ambiente durante la producción del acero, el aluminio y el vidrio que se usa para fabricar estos vehículos, los que además tienden a ser más pesados en promedio que sus homólogos de gasolina.
"Contienen más acero. Los frenos son más grandes. Los paquetes de baterías son ciertamente más pesados?", explicó el experto.
Pese a ello, Powell planteó que a futuro se espera que el “carbono incrustado” en los vehículos eléctricos debería eventualmente tender a bajar a niveles que se comparan con los vehículos convencionales.
Esto se alcanzará, manifestó, desarrollando nuevas formas de procesar el acero que sean más amigables con el entorno.
“La forma en que se resuelve todo esto es con acero más ecológico (...) El uso de hidrógeno en el proceso de fabricación del acero también es algo a tener en cuenta”, dijo.
No obstante, manifestó que por ahora no hay muchas personas o grupos que estén interesados en "la ecologización de la industria del acero", desafío que tarde o temprano se tendrá que enfrentar a nivel mundial.
Advirtió además que los inversionistas también deben monitorear el desarrollo de la tecnología de baterías, ya que las celdas más densas en energía ayudarán a reducir el peso y potencialmente el carbono incorporado de los vehículos eléctricos, dijo Powell a CNBC.