La crisis mundial generada por la escasez de semiconductores ha golpeado con fuerza a la industria automotriz donde ya se prevé que este adverso escenario se mantendrá hasta ya avanzado 2022, reduciendo los niveles de producción y las ventas.
Al igual que algunos otros fabricantes de automóviles, General Motors ha seguido operando sus plantas más rentables dedicadas a la construcción de SUV y camionetas. No obstante, dada la escasez de microchips los vehículos no son enviados a los concesionarios, sino que a grandes estacionamientos a la espera que lleguen nuevas partidas de semiconductores para finalizar su armado.
El Detroit Free Press informó que a la fecha más de 10 mil SUV y pick-up de tamaño grande de la planta de General Motor de Texas están estacionados en enormes aparcaderos de la compañía y que su número crece en un promedio de mil ejemplares por día.
Entre estos vehículos, dijo al citado medio un trabajador de la Asamblea de Arlington, se cuentan modelos como Cadillac Escalade, Chevrolet Tahoe, Chevrolet Suburban y GMC Yukon.
En otras instalaciones de la compañía ocurre un fenómeno similar. Por ejemplo, se indicó que hasta el martes de la semana pasada se habían construido 9.275 camionetas medianas en la planta de ensamblaje de Wentzville, unidades que ahora están esperando su terminación una vez que lleguen nuevas partidas de microchips, mientras otras cientos se van acumulando día a día.
El mes pasado un trabajador de la planta de Lansing Delta Township reveló que había alrededor de 15 mil vehículos de General Motors estacionados cerca del complejo esperando semiconductores.
"Estamos monitoreando esto semanalmente", dijo recientemente el director financiero de GM, Paul Jacobson, sobre la crisis de los chips.
"Es por eso que hemos sido cautelosos desde nuestro punto de vista y desde el principio", añadió el ejecutivo.