Los fabricantes de automóviles están acelerando de manera sustancial la transición hacia los vehículos cero emisiones. Y en algunos casos, hay firmas que están tomando drásticas decisiones para impulsar la electromovilidad y darle una nueva vida a sus clásicos modelos.
Un buen ejemplo de lo anterior es Dodge, pues el fabricante estadounidense de la firma Stellantis anunció una serie de cambios en su ejemplares que quizás a más de algún fanático de los motores no le va a gustar.
Primero, el gigante americano informó que los modelos Challenger y Charger, dos de los más clásicos muscle car, reconocidos por sus rasgos deportivos y que forman parte de la categoría Dodge Hellcat, ahora serán eléctricos y se dejarán a producir a combustión en 2024.
Tanto el Charger como el Challenger se han caracterizado por sus notables cualidades que lo hacen estar entre los deportivos más apetecidos, sobre todo por su agresivo motor V8 que desarrolla 797 caballos de vapor (CV).
Asimismo, el 2023 será el último en el que se comercializará los Dodge Hellcat. Así lo dejó bien claro el CEO de Dodge, Tim Kuniskis, quien en el Salón del Automóvil de Los Ángeles 202 aseguró que esto modelos están destinados a la desaparición en el corto plazo: "Tendremos este auto tal como lo conocemos hasta finales del 2023. Hay dos años más para comprar un Hellcat, entonces es historia".
Y al parecer las sorpresas continuarán, ya que Dodge estaría preparando un nuevo modelo deportivo eléctrico, que será presentado como concepto a principios del año del 2022, aunque todavía no hay más detalles sobre el automóvil.