La Federación Internacional del Automóvil (FIA) salió al paso de las críticas expresadas contra el auto de seguridad de Aston Martin que se utiliza este año en la Fórmula Uno y que ha sido calificado como demasiado lento por algunos pilotos tras el Gran Premio de Australia el pasado fin de semana.
Mediante un comunicado, el organismo rector de la máxima disciplina motor indicó que la prioridad de ese vehículo es precisamente velar por la seguridad en la pista y no complacer a los pilotos.
Hasta la temporada 2020, Mercedes se había encargado en exclusiva de aportar el coche de seguridad. Sin embargo, la llegada del equipo Aston Martin hizo que la Fórmula Uno extendiera un contrato con la marca británica para hacer ese mismo trabajo.
En 2021 Mercedes y Aston Martin se repartieron los Grandes Premios y compartieron la tarea de proporcionar un auto adecuado con el que dirigir la carrera en situaciones comprometidas, tal como ocurrió en la última carrera tras el accidente de Vettel.
"La FIA quisiera reiterar que la función principal del auto de seguridad no es, por supuesto, la velocidad en su totalidad, sino la seguridad de los pilotos, comisarios y oficiales", se lee en el comunicado.
"El impacto de la velocidad del auto de seguridad en el rendimiento de los autos que le siguen es una consideración secundaria, ya que el impacto es igual entre todos los competidores", sentenció el comunicado.
En esta temporada las tareas del auto de seguridad de la F1 son compartidas entre un Mercedes-AMG GT Black Series y un Aston Martin Vantage. El alemán es alrededor de cinco segundos más rápido por vuelta que el británico.
El auto de Aston Martin se utilizó dos veces durante el GP de Australia, y el campeón mundial Max Verstappen, de la escudería Red Bull, lo comparó con "una tortuga" porque le pareció demasiado lento.
Los pilotos no podían calentar lo suficiente sus neumáticos ya que conducían detrás a velocidades más bajas de lo que les habría gustado.
"Estaba luchando enormemente para ponerles algo de temperatura, así que también batallé", dijo el piloto de Ferrari Charles Leclerc, quien ganó la carrera. "Para ser honesto, quería quejarme, pero luego comprobé cuánto se deslizaba el auto de seguridad en la curva y no creo que hubiera nada más que pudiera dar".