El Ministerio de Transporte del Reino Unido anunció esta jornada el fin inmediato del programa de ayudas para adquirir automóviles eléctricos e híbridos, que hasta ahora subvencionaba cada compra con 1.730 euros (1.500 libras).
El Ejecutivo británico ya había rebajado en diciembre la cuantía de la ayuda, que hasta entonces era de 2.880 euros (2.500 libras), para la adquisición de automóviles con tecnología eléctrica con un valor inferior a los 36.900 euros (32.000 libras).
El plan para incentivar la transición hacia los vehículos eléctricos se puso en marcha en 2011. En el primer año se emitieron 1.000 de esas ayudas, mientras que sólo en los primeros cinco meses de 2022 se dieron 100.000 subvenciones.
Los vehículos híbridos y eléctricos representan ya más de la mitad de las ventas de automóviles nuevos en el Reino Unido, y uno de cada seis nuevos vehículos son completamente eléctricos, según datos del Real Automóvil Club británico (RAC).
En un comunicado, el Ministerio de Transporte indicó que quiere focalizar la inversión en extender la red de puntos públicos de recarga, así como continuar impulsando la modernización de las flotas de vehículos profesionales (furgonetas, camiones y taxis) y motocicletas.
"El Gobierno continúa invirtiendo cantidades récord en la transición hacia los vehículos eléctricos, con 2.500 millones de libras (2.880 millones de euros) inyectadas desde 2020, y ha establecido las fechas más ambiciosas entre todos los grandes países para la eliminación de las ventas de (vehículos) diésel y gasolina", afirmó la secretaria de Estado de Transporte, Trudy Harrison.
En la estrategia energética que el Ejecutivo publicó en octubre de 2021, días antes de la cumbre del clima COP26 que acogió Glasgow (Reino Unido), avanzó planes para imponer a los fabricantes un "mandato de cero emisiones" que les obligará a que un porcentaje de sus ventas sean de vehículos sin motor de combustión.
El plan a largo plazo culmina en 2030 con la prohibición de vender nuevos vehículos de gasolina o diésel.