Los fabricantes de vehículos eléctricos presentes en el mercado alemán recibieron una mala noticia de parte del ministro de Finanzas de ese país, Christian Lindner, quien dijo ser partidario de eliminar las subvenciones para incentivar la compra de ejemplares híbridos o cero emisiones.
A juicio de la autoridad estos beneficios están en un paquete de ayudas que fueron calificadas como "equivocadas", ya que representan gastos que el Estado no se puede permitir en estos tiempos.
Indicó que tanto los híbridos como los coches puramente eléctricos se bonifican en la actualidad con hasta 20.000 euros durante toda su vida útil, también para los compradores de mayores ingresos, algo que calificó de "demasiado".
"Con esto se pueden ahorrar miles de millones que podemos invertir de forma más lógica", declaró en una entrevista con el diario Die Welt.
Lindner va con ello un paso más allá que el ministro de Economía y Energía, Robert Habeck, que ya avanzó planes para poner fin a las bonificaciones a la compra de híbridos a finales de año, antes de lo previsto, y reducir los incentivos para la compra de vehículos puramente eléctricos.
Preguntado por cuándo dejará de dispararse la inflación, Lindner indicó que ello depende de la reacción del Gobierno alemán en materia política y de los bancos centrales en el ámbito monetario.
"Tenemos la tarea de no impulsar aún más los precios con subvenciones, de no seguir endeudándonos y asfixiándonos a nosotros mismos con tipos de interés más altos", enfatizó.
Al mismo tiempo es necesario aliviar la pérdida de poder adquisitivo de la población sin entrar una espiral de subidas de sueldos y precios, y, cuanto mejor se logre esto, mayores serán las posibilidades de contener la inflación", remachó.
El ministro de Finanzas reiteró además la importancia de cumplir el año que viene con el techo de la deuda después de tres años de relajación en este ámbito, con motivo de la pandemia y en particular en vista de la subida de tipos de interés anunciada por el Banco Central Europeo (BCE).
El líder del partido liberal señaló que el año pasado Alemania pagó 4.000 millones de euros en concepto de intereses y afirmó que "no se puede descartar que el año que viene sean hasta 30.000 millones".
Por ello, indicó que el "punto de inflexión" marcado por la guerra de Ucrania exige no sólo "finanzas sólidas" por parte del Estado sino también trasladar la prioridad de la "redistribución" a la "producción de prosperidad".