El fabricante de vehículos comerciales Hino Motors, subsidiaria del gigante Toyota, enfrenta un complejo escenario en Japón luego que autoridades de ese país determinaron que la empresa cometió una serie de infracciones relacionadas con la certificación de emisiones en los motores de sus camiones.
En la investigación -llevada a cabo por el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón- se estableció que desde 2019 la empresa comercializó unos 76 mil camiones pequeños cuyos propulsores no fueron sometidos a todas las pruebas requeridas para su validación de emisiones.
Tras conocer el resultado de la investigación se dispuso suspender los envíos de los camiones pequeños hasta aclarar la situación.
Los camiones pequeños no están siendo retirados del mercado, aclaró en un comunicado Hino, ya que estos no violan los estándares de emisiones. No obstante, dado esta investigación se han detenido casi por completo sus ventas en el mercado local.
Además de los ejemplares del fabricante investigado, unos 19 mil camiones Dyna y Toyoace de Toyota también se vieron afectados por usar el cuestionado motor Hino.
El caso, que se conoce desde marzo pasado, ha ido escalando en complejidad para el fabricante y se convirtió en una verdadera piedra en el zapato para Toyota, principal accionista, especialmente en un año ya complejo marcado por las constantes detenciones en las líneas de producción.
Y no es para menos, indica la agencia Reuters, si desde que se abrió la investigación se reconocieron falsificaciones de datos sobre algunos motores desde 2003, al menos una década antes de lo indicado originalmente.
En total, unos 640 mil vehículos se han visto afectados con estas malas prácticas, es decir más de cinco veces la cifra revelada inicialmente.
El problema también ha puesto de relieve a Toyota, propietaria del 50,1% de Hino, y algunos analistas cuestionan si la empresa matriz debería haber hecho más para supervisar los estándares en la empresa más pequeña.
“La responsabilidad de Toyota es seria”, dijo Seiji Sugiura, analista senior del Instituto de Investigación Tokai de Tokio, y agregó que Toyota tenía la responsabilidad de la cultura corporativa en Hino.
Hino se convirtió en subsidiaria de Toyota en 2001 y casi todos los presidentes desde entonces han sido personas que trabajaron anteriormente para Toyota.
Aunque Toyota ha realizado las tareas necesarias como empresa matriz en términos de aprobar asuntos importantes y brindar asesoramiento sobre gobernanza, no pudo intervenir directamente en la gestión de Hino, dijo el director de comunicaciones de Toyota, Jun Nagata.
"No creo que hayamos podido intervenir", dijo Nagata, y agregó que dependería de Hino reestructurar la empresa y proteger su marca.