El Ayuntamiento de París está empeñado en avanzar hacia un transporte más amigable con el medio ambiente y para ello ha tomado no pocas medidas destinadas a incentivar la utilización de vehículos de bajas o nulas emisiones, además de restringir la circulación a ejemplares con motores convencionales.
Ahora la autoridad de la capital francesa dispuso que todas las motocicletas con propulsores a combustión deberán pagar por estacionar en lugares públicos, medida de la que sólo quedarán exentas aquellas que son usadas para prestar servicios de asistencia, tanto públicos como privados.
"Esta medida de igualdad entre los usuarios, cualquiera que sea el tipo de vehículo utilizado, pretende incitarlos a utilizar un vehículo menos contaminante", explica el Ayuntamiento en su página internet.
Añade que dado que el espacio público en la ciudad es muy solicitado y es objeto de múltiples restricciones, se ha decidido acabar con la gratuidad del aparcamiento de las motos que no son eléctricas.
En los once distritos del centro, establece la norma, el precio es de 3 euros por hora y 2 euros en el resto de la capital. Las tarifas son la mitad de las que se aplican a los automóviles. En tanto, las multas pueden subir hasta 37,50 euros por seis horas de infracción.
El horario de pago es de lunes a sábado de las 9 de la mañana a las 8 de la tarde, añade el Ayuntamiento.
Quienes mantengan sus motocicletas con motores convencionales y quieran evitar los pagos diarios, añade la norma, podrán acceder a varias alternativas de prepago o alquiler.
París tiene en la vía pública 42.000 plazas de aparcamientos para motos, que tienen prohibido estacionar en las aceras o en los espacios reservados a las bicicletas.