Este es quizá uno de los ejemplares más valiosos de la colección. Está valorado en más de 35 millones de euros. Fue construido en 1924 y ha recorrido más de 900 mil kilómetros. Fue considerado como uno de los autos más veloces de su época al alcanzar impresionantes 130 km/h.
Este ejemplar del fabricante británico es calificado como la evolución del icónico Aston Martin DB5. La reina escogió una unidad descapotable, cuatro plazas y un motor de 6 cilindros en línea 4.0 de 282 CV de potencia. Según se indicó, lo que más le gustó de este ejemplar fue su lujo interior y su diseño exterior propio de un auto de la realeza.
Este vehículo estadounidense fue desarrollado para ser usado exclusivamente por la Casa Blanca. Solo se fabricaron 10 unidades y llamó inmediatamente la atención de la Reina. Hasta hoy no se sabe con certeza si la monarca pagó por el vehículo o fue un regalo del presidente Harry Truman.
Este vehículo fue producido por la British Company Humber Limited entre 1938 y 1967. La primera generación del Humber Super Snipe fue lanzada antes de la Segunda Guerra Mundial y era definido como un vehículo para la clase media alta británica y funcionarios de gobierno. El modelo de 1953 fue el que llamó la atención de la reina debido a sus 100 CV de potencia.
Se trata de un verdadero ejemplar de colección. Solo se fabricaron 2 mil unidades y uno de ellos fue adquirido por la Reina Isabel II en los años 60 para usarlo en desfiles o celebraciones nacionales. Este Mercedes-Benz monta un bloque V8 de 6.3 litros capaz de generar una potencia máxima de 250 Hp.
Solo existen dos ejemplares de esta impresionante limusina y ambas están en poder de la familia real británica. Este modelo fue hecho bajo las precisas órdenes de la monarca para celebrar su Jubileo de Oro en 2002 y significó un verdadero desafío para el fabricante que debía construir un vehículo que estuviera a la altura de la expectativas. Alcanza los 210 km/h y está totalmente blindado.
Reconocida seguidora de los fabricantes británicos, en 2015 la Reina Isabel II recibió de regalo la primera unidad que salió de la línea de producción del Bentley Bentayga. Se trata de un impresionante SUV de altas prestaciones que puede ir de 0 a 100 km/h en sólo 3,9 segundos.
No cualquiera tiene un superdeportivo desarrollado en su honor, pero la monarca británica sí. Se trata del McLaren Elizabeth II, un exclusivo ejemplar que la casa de Woking creó a partir del McLaren Artura para el 70° aniversario del reinado de la monarca. Se distingue por un tono de pintura plateado especial y una exclusiva insignia 'Elizabeth II' colocada en el capó en lugar del clásico logotipo de McLaren.
La relación de la Reina Isabel II y Land Rover es quizá la más conocida e histórica. A lo largo de los años, dicen los medios especializados, la monarca ha sido dueña de más de una treintena de ejemplares de la marca y fanática del Defender, ejemplar que ha conducido desde su primera generación. También se le vio con frecuencia con el Range Rover más cómodo, en una edición Landaulet de batalla larga con techo abierto dedicado a los desfiles, pero también un segundo modelo personalizado para conducir en el campo.
Este lujoso ejemplar de Jaguar fue adaptado especialmente para el uso privado de la reina. En su interior destaca un receptáculo especial para guardar el bolso y accesorios para sus perros de raza corgi. Fue comprado en 2001 y durante tres años fue conducido por la reina Isabel II entre el Palacio de Buckingham y el Castillo de Windsor.
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